EL HOMBRE MEDIEVAL DEL SIGLO X-XIII

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EL HOMBRE MEDIEVAL DEL SIGLO X-XIII by Mind Map: EL HOMBRE MEDIEVAL DEL  SIGLO X-XIII

1. La literatura del siglo XIII pone también en escena a personajes que presentan como totalmente descreídos o incrédulos, sobre todo en las capas superiores de la sociedad. Parece también que los "espíritus fuertes" no han pasado de ser algunos hombres aislados.

2. Las virtudes se convierten en caballeros y los vicios en monstruos.

3. La vida de los hombres de la Edad Media está atormentada por los sueños. El cristianismo, durante largo tiempo, ve los sueños como algo sospechoso y condena la oniromancia.

4. A partir del siglo XII, los sueños rompen la barrera. Sueños premonitorios, sueños reveladores, sueños instigadores son la trama misma y los estimulantes de la vida mental.

5. El hombre buscaba fuera de él la medida y la sanción de sus faltas y de sus méritos. Los penitenciales le infligían castigos que venían a ser como multas. Cuando había pagado, ya quedaba reconciliado con Dios, con la Iglesia, con la sociedad y consigo mismo.

6. El método escolástico no es, en principio, sino la generalización del viejo proceder, empleado de modo especial en lo que se refiere a la Biblia, de las preguntas y respuestas, de preguntas y respuestas.

7. Toda la vida del caballero es la exaltación física: la caza, la guerra y los torneos son sus pasiones. Carlomagno se complace en bañarse desnudo con sus compañeros en la piscina del palacio de Aquisgrán. Incluso muerto, el cuerpo es objeto de atentos cuidados.

8. El castillo, como símbolo del poder de un individuo o de una familia, queda arrastrado con frecuencia cuando su dueño cae derrotado. Del mismo modo, en la ciudad, el rico desterrado con su casa destruida o quemada: es el abattis o el arsis de casa.

9. hombre de la Edad Media. Despreocupados por lo que respecta al bienestar, todo lo sacrificado, cuando está en su mano, a la apariencia, a la exhibición. Sus únicos placeres profundos y desinteresados ​​son la fiesta y el juego, aunque entre los grandes la fiesta mar también ostentación y reclamo.

10. Monjes y clérigos se entregan a las vocalizaciones del canto gregoriano, los señores a las modulaciones profanas - Klangspielereien de los juglares y de los Minnesanger-, los campesinos a las onomatopeyas de la cencerrada. San Agustín da una definición de esta alegría medieval: es el júbilo, «gritos de alegría sin palalbras». Así pues, por encima de las calamidades, las violencias y los peligros, los hombres de la Edad Media, el olvido, la seguridad y el abandono en esta música que envuelve su cultura. Están jubilosos.

11. El arte y la ciencia del Medioevo acceden al hombre mediante el extraño rodeo de los monstruos.

12. La prueba del milagro define ante todo a los seres de suyo extraordinarios, los santos. La creencia popular y la doctrina de la Iglesia coinciden en este punto.

13. Una obra célebre de comienzos del siglo XIII, Los milagros de la Virgen, de Gautier de Coincy, nos presenta la compasión de María hacia sus fieles.

14. La base de toda enseñanza, hasta finales del siglo XII por lo menos, es la gramática.

15. La naturaleza es el gran depósito de los símbolos.

16. El mundo animal es, sobre todo, el universo del mal.

17. El simbolismo medieval ha encontrado un campo de aplicación especialmente dilatado en la riquísima liturgia cristiana, sobre todo en la interpretación de la misma arquitectura religiosa.

18. Los santos medievales poseen no sólo los siete dones del alma (amistad, sabiduría, concordia, honor, poder, seguridad y alegría), sino también los siete dones del cuerpo: belleza, agilidad, fuerza, libertad, salud, gozo y longevidad. Esto ocurre incluso en los santos «intelectuales».

19. El culto a la fuerza física se da, evidentemente, sobre todo, entre los miembros de la aristocracia militar, entre los caballeros para quienes la guerra es una pasión.

20. Una estructura mental que se manifiesta con frecuencia resume muy bien a la vez la visión guerrera y el simplismo dualista: es el pensamiento por oposición entre dos contrarios.

21. Para los hombres de la Edad Media, toda la vida moral se resume en un duelo entre el bien y el mal, las virtudes y los vicios, el alma y el cuerpo. Prudencio, en su Psychomachia había hecho batirse a los vicios y a las virtudes.