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UNIDAD 1 by Mind Map: UNIDAD 1

1. La crítica a la modernidad no es, en estricto sentido, una novedad. En realidad, acompaña dialécticamente al propio pensamiento moderno. Lo novedoso, en cualquier caso, es que en los últimos años la crítica a la modernidad toma una especial amplitud, caracterizando, incluso, un movimiento intelectual, la posmodernidad (Crespo, 1995, pág. 88)

2. La psicología social surge al hilo del proceso de modernización y, por tanto, reflejará sus principales ideas y desencaminada a causa particular de dos errores ilustrados: a) creencia en el individuo como objeto fundamental de análisis, cuando de hecho el individuo aislado e independiente no existe; y b) creencia ciega en la razón, en el ser humano como un ser eminentemente racional, cuando de hecho somos más irracionales de lo que solemos creer, al menos en el sentido de que somos ante todo seres emocionales y afectivos.

3. Conclusión: Como señalaba recientemente Jorge Edwards (1997), vivimos, principalmente en las grandes ciudades, acelerados, sometidos a presiones increíbles, desconcentrados, insatisfechos. Nuestro yo está saturado (Gergen, 1991).

4. Aspectos Históricos, teóricos y Metodológicos. La psicología social nació en Europa y lo hizo, Como psicología Colectiva en tres países: 1) Alemania, donde destaca la Psicología de los Pueblos de Lazarus y Steinthal primero y de Wundt, 2) Francia, donde debemos destacar la orientación colectiva y reaccionaria de Gustavo Le Bon y el estudio de las leyes de la imitación de Gabriel Tarde; y 3) Italia, destacando una serie de autores como Cattaneo, Rossi o Sighele. De Europa pasó a Estados Unidos a primeros de siglo, a manos de autores norteamericanos que habían estudiado en Europa.

5. Psicología colectiva preocupada sobre todo por la predicción de la conducta humana y, en consecuencia, por el control de las personas. «La consolidación de los Estados modernos demanda, a la vez, una ciencia social de corte positivista que proporcione herramientas para la intervención social, y una investigación social que permita conocer y controlar la situación de la sociedad en cada momento» (Ibáñez, 1990a, pág. 45).

6. Para hacer una psicología social liberadora y emancipatoria, nuestra disciplina debería cambiar de rumbo y, dejando atrás tanto los reduccionismos individualistas con los que ha ido identificándose a lo largo de este siglo, como su interés casi exclusivo por la predicción y el control de la conducta de los individuos tendría que incorporarse definitivamente al campo de las ciencias sociales de donde no debió separarse nunca, pues, como dice Bergere (1996, pág. 270)