HISTORIAS DE VIDA

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HISTORIAS DE VIDA by Mind Map: HISTORIAS DE VIDA

1. Michael Phelps Lo destacable de él es que cuando era niño sufría de TDAH. La mayoría de la gente asume que las personas con TDAH sufren de inquietud, impulsividad y una capacidad de atención muy baja. Pero también tienen una increíble capacidad de permanecer hiper-concentrados en una actividad que les apasiona. Michael ha sido capaz de sacarle mucho partido a esto al canalizar su energía y enfoque. Tanto que ha sido capaz de explotar el lado positivo del TDAH

2. Nick Vujicic «No necesito piernas ni brazos. Necesito la vida. ¡Y no rendirme jamás!», este lema le ayudó a convertirse en uno de los oradores motivacionales más famosos, graduarse de una escuela de economía, casarse y tener dos hijos. Nick heredó la fuerza de voluntad de su madre. En una de las entrevistas dijo que sus palabras determinaron toda su vida: «Nick -decía ella-, debes jugar con niños normales porque eres normal. Sí, te falta algo pero eso no importa». Escribe libros, canta, practica surfismo y juega golf. A menudo viaja por el mundo dando conferencias motivacionales para ayudarles a los jóvenes a encontrar el sentido de la vida, realizar y desarrollar sus habilidades y talentos.

3. Al cumplir 1 año y 7 meses Helen Keller sufrió una enfermedad grave, y por ello perdió la visión y la audición. Sin embargo, esto no quebrantó su espíritu, supo realizar su sueño y convertirse en escritora; bajo su nombre se publicaron algunos libros y más de 400 artículos. Se convirtió en la primera persona sordociega en obtener un título universitario. Además, Keller participó activamente en la política, luchó por los derechos de las mujeres y los obreros.

4. Michael Jordan Dicen de él que es el mejor jugador de baloncesto de todos los tiempos. Él atribuye su éxito a sus muchos fracasos porque ha confirmado que le hacían trabajar más duro. Es cierto que los fracasos no le hunden. Cuando era joven ni siquiera creía que tenía talento. Lo expulsaron del equipo de baloncesto de la escuela. Jordan contó sus fracasos e incluyen 300 partidos perdidos y 26 tiros ganadores también perdidos.

5. Bethany Hamilton nació en Hawaii por lo que no es sorprendente saber que a los 7 años ya surfeaba las olas. En 2003, una terrible tragedia la golpeó cuando un tiburón le arrancó su brazo izquierdo. Mientras se recuperaba se hizo 2 promesas a sí misma. La primera era que no iba a quejarse de su terrible desgracia y la segunda que iba a volver a la tabla de surf. Otra persona se habría resignado al fracaso, pero Bethany Hamilton no. ¡Sólo pasaron 26 días y ya estaba surfeando de nuevo! Ahora se encuentra entre las 50 mejores surfistas del mundo y ganó el primer premio de los campeonatos nacionales NSSA. No fue un camino de rosas llegar donde ha llegado. Tuvo momentos de verdadera frustración cuando se adaptaba a su discapacidad.

6. Marlee Mattlin A la edad de un año y medio, Marlee quedó sorda. El lema de su vida es «Lo único que no sé hacer es oír»En la infancia, a pesar de los consejos de los doctores, sus padres la inscribieron en una escuela común (en lugar de un establecimiento especial para niños con deficiencia auditiva), y con ayuda de programas especiales con el tiempo se adaptó. Gracias a esto, ha tenido una vida normal, se convirtió en actriz e incluso obtuvo un premio Òscar. Marlee a menudo dice: «Hago todo para que la gente entienda lo que me enseñaron mis padres: que los sordos no solo merecen respeto sino también ser escuchados».

7. Ludwig van Beethoven A los 26 años Ludwig empezó a perder la audición. Sin embargo, esto no le impidió componer música. Cuando casi dejó de oír, escribió «Claro de Luna», y siendo totalmente sordo, «Para Elisa» (aquella que suena en cajas musicales). Gracias a su personalidad fuerte y a su gran talento, aprendió a escuchar la música en su interior, y luego de componer la sinfonía número 9, dirigió un concierto. Después del triunfo, lloró. «Para una persona con talento y pasión por su trabajo, no existe ninguna barrera», repetía Beethoven.

8. Cuando Albert Einstein era pequeño, resultaba difícil suponer que lograría tener éxito en su vida. Hasta los 3 años de edad Albert no sabía hablar, padecía de autismo y dislexia. En muchas ocasiones faltaba a clases, por lo cual jamás recibió su certificado de graduado. Para demostrarles a sus padres que no era tonto, Einstein se preparó por su cuenta y en un segundo intento logró ingresar al Instituto Politécnico de Zurich. Albert solía decir: «Todos somos genios. Pero si juzgas a un pez por su habilidad de trepar árboles, vivirá toda su vida pensando que es un inútil».