Constructor de sueños

1. Freire nos señala que el hecho educativo es, además de un proceso de enseñanza o acto pedagógico, un hecho político, ya que ninguna educación es neutra y por lo tanto, transmite e influencia ideológicamente a los educandos, explícita o implícitamente.

2. La revolución Cubana constituyó una influencia importante, pues independientemente de su particular proceso histórico, puso de relieve que era posible lograr cambios sociales en el continente, alentando así el compromiso social de muchos activistas.

3. Los movimientos del 68 en el mundo, y muy particularmente en nuestro país, acabaron por crear el clima favorable para que las propuestas éticas, políticas y pedagógicas que Freire presentaba en sus primeros libros, fueran acogidas con entusiasmo por cientos de estudiantes, intelectuales, religiosos, miembros de las incipientes ONG, líderes sociales entre otros.

4. Contra esta actitud de derrota, Paulo Freire y muchos más, levantaron su voz para advertirnos del engaño, denunciar la falacia y ofrecernos de manera renovada y actual, pero sustancialmente la misma, su propuesta ética, política y pedagógica, como componente de un necesario y urgente proceso de cambio.

5. No era un ingenuo, no negaba la desesperanza que la ideología neoliberal, el pensamiento posmoderno y la contundencia dramática de los hechos, va generando en las mayorías y carcomiendo cada vez más, como si se tratara de una lepra del espíritu, la capacidad de creer, de soñar, de luchar, de comprometerse, en fin

6. La inspiración de la vida y el pensamiento de Freire nos lleva a pensar la Cátedra como generadora de proyectos que incidan en la realidad desde una opción universitaria, es decir, a través de sus labores académicas, de investigación y de vinculación con el mundo concreto y su realidad social, económica, política y cultural, tanto a nivel local, como nacional e internacional

7. Paulo, conocido evidentemente como pedagogo, siempre se definió como político. Sin negar que su aporte se hacía básicamente desde la pedagogía insistía siempre en la dimensión política de todo hecho educativo.

8. Diseñar, promover y desarrollar proyectos de incidencia desde el plano académico, investigativo y de vinculación, hacia la propia universidad y hacia el contexto social, que ayuden al desarrollo del pensamiento utópico, a la recuperación de la esperanza, a la reinstalación cultural de la ética de la vida y al desarrollo de propuestas pertinentes.