Mujeres trans en competencias deportivas. ¿Es justo que las mujeres trans compitan con mujeres bi...

1. Es justo que las mujeres trans compitan con mujeres biológicas en certámenes deportivos, porque así se garantizan los principios a la libertad y dignidad, puesto que, la destreza en cualquier deporte se puede desarrollar, independientemente del género biológico de la persona; debido a que, los atletas se dividen y compiten en subdivisiones que se determinan por su masa corporal, garantizando así una competencia justa. En ese orden de ideas, las mujeres trans que han realizado un proceso hormonal para reducir los niveles de testosterona no presentan ninguna ventaja sobre las deportistas femeninas de nacimiento.

1.1. A lo largo de sus vidas las mujeres trans están expuestas a situaciones como la discriminacion social, dismorfia corporal, disforia de género y transfeminicidios, entre otras situaciones que atentan contra ellas; debido al poco reconocimiento de principios fundamentales como la igualdad. A estas grandes problemáticas se le debe sumar la prohibición a participar en certámenes deportivos, acto que vulnera nuevamente sus principios fundamentales como la libertad y una vida digna, perjudicando el nivel de salud física y mental de calidad que se logra a través del deporte.

1.2. La destreza en cualquier deporte se puede desarrollar, dependiendo de estos 3 componentes biológicos; como la contextura corporal, el sistema inmunológico y el entrenamiento enfocado. Según Susan M. Kleiner estos factores, hacen que el deportista mejore el crecimiento macro muscular por el estímulo físico que otorga el entrenamiento enfocado, a sí mismo por la cantidad de calorías consumidas, este consumo de calorías y nutrientes sintéticos, como los suplementos deportivos deben de ser mayores a los que estos mismos acaban en su día a día. De esta forma, evitarán un estanque en su desarrollo muscular aprovechando al máximo sus destrezas biológicas, garantizando la igualdad en el deporte, teniendo en cuenta que se respeta la taxonomía que necesita cada categoría.

1.3. La terapia hormonal disminuye la ventaja que presuntamente tienen las mujeres trasgenero sobre las mujeres de nacimiento en el ámbito deportivo, como lo indica el estudio que presentó la Revista Chilena de Obstetricia y Ginecología “…Inhibidores de gonadotrofinas, análogos de GnRH y antiandrógenos. Estos últimos, pueden inhibir la producción de testosterona o bloquear el receptor de andrógenos, y así lograr disminuir las concentraciones de testosterona a rangos normales femeninos y lograr la feminización, induciendo formación de mama, cambiando la distribución de la grasa corporal y el patrón de crecimiento masculino del vello.” Con esto se entiende que las mujeres que se someten a un déficit hormonal ven rápidamente mermadas sus capacidades físicas, como debilidad muscular, pérdida de energía o fuerza, directamente relacionado con la disminución de las capacidades deportivas. De modo que, la terapia hormonal cierra la brecha física entre mujeres trans y mujeres cisgenero.

1.4. La historia de Hanna Mouncey, mujer trans y jugadora de Fútbol Mano muestra la verdadera cara del problema, ser mujer es para hombres. Mouncey, asegura que no es necesario someterse a la terapia hormonal para estar a la par de su equipo, ya que, sus compañeras de equipo tienen mayor habilidad y destreza en el football que ella misma, sin embargo, la AFL le negó la oportunidad de participar argumentando que ella presentaba una ventaja sobre las demás jugadoras, por su condición física y hormonal. Ahora bien, pareciera que ser una mujer trans no es el problema real, como en el caso de Caster Semenya, mujer cisgenero y atleta sudafricana especialista en la prueba de 800 metros, donde ha conseguido ser dos veces campeona olímpica en Londres 2012. Ha sido objeto de discriminación por su apariencia masculina, perdió un caso contra la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo por presentar niveles de testosterona elevados, sienso privada de ejercer su deporte, por no encontrar una categoria en la que encaje; demostrando una vez mas que el dilema real no es si es justo que las mujeres trans participen en categorias femeninas, sino los estandares del cuerpo femenino en el deporte.

1.5. “El ser una persona trans o con variabilidad de género es cuestión de diversidad y no de patología” WPATH, 2011. Es aquí cuando la educación nos permite entender que la transición de una mujer trans no es una patología; sino que va más allá, son una población de alto riesgo psicosocial, principalmente por la desigualdad y opresión a la que se ven expuestas. Por esto, excluir a estas mujeres de los certámenes deportivos es seguir socavando en la vulneración de estos principios fundamentales.