1. Venía vagando en mi propia nube, escuchando la musicalidad de la lluvia que al tocar a los coches produce un sonido, y al mojar a alguien otro, y al caer sobre las chapas otros sonidos más... La gente parecía bailar, estiraban las piernas como bailarines clásicos para saltar los océanos, los mares, las lagunas. Otros corrían apurados hacia algún lugar, o hacia ningún lugar. Estaba tan sumida en esa coreografía hasta que alguien me volvió a la realidad...
1.1. -"Disculpe, señora, por casualidad ¿hay en su paraguas un lugar?"
1.1.1. Enseguida observé que era un hombre, de unos 40 años de edad, de rostro sereno y mirada cansada. Lo miré ofuscada y le respondí: "No vamos al mismo lugar". Yo venía vagando en mi propia nube, para otro pasajero más no hay lugar.
1.1.1.1. Luego de eso me sentí un poco mal, vi al hombre vagando entre la lluvia, rezongando, maldiciendo seguro a la egoísta señora que no le hizo un lugar.
1.1.1.1.1. No le dí demasiada importancia y volví a mi nube. Volví a ver a la gente danzar y a sumergirme en la musicalidad de la lluvia de febrero en la ciudad.
1.1.2. Lo observé detenidamente, me parecía un rostro familiar, sin pesar mucho le contesté "Si" sin dudar.
1.1.2.1. El hombre caminaba pausado, aguardando mi ritmo al cruzar, iba callado, mirando a cualquier lugar.
1.1.2.1.1. Noté cierta incomodidad en él, parecía querer gesticular algo que no podía gesticular. Ordenó las palabras y dijo: "Gracias señora, yo freno acá".
1.1.3. Venía tan pendiente de mi nube que olvidé contestar. Seguí pendiente de la gente que no dejaba de bailar.
1.1.4. Analicé las probabilidades de que ese desconocido pudiera ser un ladrón, un violador serial, un asesino que con la excusa de compartir mi paraguas y luego de hablarme con simpatía y amabilidad intentará llevarme a algún lugar que desconozco y así me podría matar, o violar, o quién sabe que cosa más.
1.1.4.1. Asustada ante esa posibilidad, y sin pensarlo demasiado aceleré mi paso para dejar a aquel hombre atrás.
1.1.4.1.1. Perturbada por esa posibilidad, ya no pude volver a mi nube, no pude ver a la gente bailar y dejé de escuchar la musicalidad de la lluvia en la ciudad. Seguí caminando en silencio, hasta llegar a mi hogar.
1.1.5. En el momento en que el hombre terminó de formular su pregunta, una luz blanca inundó la peatonal, y un ruido ensordecedor lo hizo callar. Un rayo hizo que las personas dejaran de bailar. En lugar de eso ahora corrían sin parar.
1.1.5.1. El hombre que hace unos segundos se encontraba a centímetros de mi ya no estaba más.
1.1.5.1.1. Comencé a correr desconcertada, hasta llegar a un lugar que antes era una cafetería, y ahora una especie de albergue, en el cual no cabía mas un alfiler y las cabezas de la gente se mezclaban entre los paraguas, tapados y el olor a café.
1.1.6. Le contesté que si, y arrojando una sonrisa tímida empezó a caminar a mi ritmo. Parecía que también observaba a la gente bailar.
1.1.6.1. Me preguntó si me gustaba la lluvia, si era del lugar... A lo largo de todo el trayecto charlamos sobre la lluvia en febrero, sobre el calor y las nubes negras que amenazaban no dejarnos caminar en paz.
1.1.6.1.1. Parecía un hombre simple y seguro, lo notaba en su andar.