Recorrido con La Maga

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Recorrido con La Maga by Mind Map: Recorrido con La Maga

1. Mientras contemplamos el centro de desde la terraza del edificio en un día típicamente dublinés, con cielo plomizo y una lluviecita ininterrumpida, nos damos cuenta de lo absurdo que fue haber usado paraguas durante tantos años.  Después de todo...¿Por qué buscamos refugio de la lluvia y no del sol?  Pareciera que sentirnos mojados nos devuelve el reflejo de nuestra propia vulnerabilidad, necesitamos protección ya que nos sentimos desprotegidos.

2. Vista desde arriba, O´Connell street parece un tablero de damas, o un desfile de botones coloridos que se mecen rítmicamente. Multitud de paraguas de distintos tamaños y colores, que se disputan los codiciados espacios de la vereda esquivando esas gotitas rebeldes que insisten en colarse por pequeños intersticios. Sólo aquellos paraguas más grandes y pesados ganarán el juego...La Maga cree que la vida misma se rige por las mismas reglas.

3. Al borde de los acantilados de Moher, relativizamos que la belleza esté en el ojo de quien observa; contemplar este Edén nos hace reconsiderar la presencia de algo más allá de nosotros, imposible de expresar en palabras (no las encontramos, por más que las busquemos sin cesar). Lo cierto es que en este lugar, sin importar nuestra condición humana, nos sentimos verdaderamente infinitos.

4. La Maga no le teme a la muerte, cree que no puede ser el fin de algo sino tan sólo un inicio. Debemos "seguir siendo" en algún lugar, opina lejos ya de las rígidas convenciones gramaticales. Veo su mirada perderse lentamente en las olas del mar y creo más que nunca en la certeza de sus palabras.

5. Con La Maga evocamos nuestra infancia, especialmente aquellos días cuando disfrutábamos el subir el tobogán al revés (sin esfuerzo no hay recompensa, pensábamos). Solíamos permanecer arriba por un largo rato contemplando el mundo con ojos de adulto (así lo creíamos nosotros en aquel momento). Más tarde la vida nos enseñaría que llegar a la adultez no es precisamente algo emocionante y volvimos a añorar nuestros pequeños rincones debajo de la mesa de la abuela, la frescura de los mosaicos y sus dibujos irregulares que nos hacían soñar con otros mundos posibles.

6. El no usar paraguas tiene otras ventajas. Ya no necesitamos camuflarnos detrás ni debajo de nada, asumimos la vida tal como nos toca, sin artificios ni hipocresías, piensa La Maga. Como cuando éramos niños, volvemos a navegar en un mar de preguntas (incluso aquellas más incómodas) , cuestionamos lo que el hábito quiere que demos por sentado, nos negamos a adoptar el sentido común porque ya no queremos ser comunes, sino tan sólo nosotros mismos.