El hombre, imagen de Dios en Cristo por el Espíritu Santo

1. El hombre, imagen de Dios

1.1. Creación del hombre, encarnación del Verbo y Redención configuran el ser y obrar del hombre. El hombre es creado, caído y redimido por Cristo.

1.2. El hombre procede de la entera trinidad.

1.2.1. El hombre es personal y social porque es imagen de un Dios trino en Personas y uno en esencia.

1.3. Por obra del Espíritu Santo el Padre a creado a los hombres en semejanza al Verbo, por amor.

1.3.1. El misterio del hombre sólo se puede esclarecer en el misterio del Verbo Encarnado.

1.4. En el hombre, Dios reúne el mundo material y espiritual

1.5. Ambos sexos gozan de dignidad originaria y el trato entre ellos refleja el amor entre las Personas de la Trinidad divina .

1.6. El hombre es creado en la amistad con Dios y éste es su propósito.

2. La rebelión del pecado y la resistencia a la condición de imagen de Dios.

2.1. El hombre desobedece y desconfía de Dios, abusando de su libertad.

2.2. La creación, sometida al hombre, también se somete a la corrupción. Se quiebra la armonía en su interior.

2.3. La humanidad y la creación se inundan de pecado.

3. Recreados en Cristo para Gloria de Dios Padre

3.1. El pecado no destruyó en el hombre la imagen de Dios en Cristo.

3.2. La Encarnación del Verbo es la causa de justificación y reconciliación del hombre con Dios.

3.3. El Espíritu Santo, apegado al hombre en Cristo, forma a Cristo en el cristiano. El hombre sale del pecado y vuelve a la comunión filial con Dios.

3.4. Al recibir la gracia, el hombre se eleva a un nuevo orden; actúa humanamente desde la participación de Dios en él.

3.5. Participamos de la Sabiduría y el Amor De Dios mismo a través de la elevación de la naturaleza por la gracia; don gratuito de Dios.

3.6. Encontramos nuestra plenitud de sentido en la completa identificación con Cristo.

3.7. La vida moral cristiana debe afianzar y planificar su ser en Cristo y, también, debe regir su conducta basándose en las virtudes teológicas (fe, esperanza y caridad).

3.8. El hombre en gracia, comprende en otra dimensión el significado y valor de lo material y las acciones humanas; dando gloria a Dios y realizándose como persona.