REPRESENTANTES DE LOS INICIOS DE LA PSICOLOGÍA.

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REPRESENTANTES DE LOS INICIOS DE LA PSICOLOGÍA. por Mind Map: REPRESENTANTES DE LOS INICIOS DE LA PSICOLOGÍA.

1. Mundo helenístico y romano: la filosofía como terapia para el alma.

1.1. En el mundo helenístico y romano (siglo iii a. C. – siglo v d. C.), momento de crisis de los antiguos valores de la democracia griega a partir de la fragmentación del Imperio universal soñado por Alejandro Magno y la aparición de nuevas unidades políticas, las filosofías platónica y aristotélica cederán terreno a otras que van a poner el acento en la necesidad de enseñar a vivir.

1.1.1. Estas filosofías (cinismo, escepticismo, epicureísmo, estoicismo), tratan de recuperar para el individuo cuestiones como la libertad de acción y decisión o la autosuficiencia sobre la que puede garantizarse una existencia virtuosa en un contexto de decadencia.

1.1.1.1. El estoicismo, que fue la más influyente de las filosofías helenísticas y romanas, entre otras cosas por su mayor relación con el orden sociopolítico dominante (funcionó también hasta cierto punto como una religión pagana) sería desplazado por el cristianismo a partir del fin del Imperio Romano, si bien entre ambos existieron muchas continuidades.

1.1.2. En las filosofías helenísticas se encuentra un amplio y detallado tratamiento del alma al servicio de una serie de prácticas para la transformación interior

1.1.2.1. En este contexto, el tratamiento del alma no puede entenderse como un ámbito de conocimiento en sí mismo; hay que verlo como parte de una concepción de la física (o metafísica), la lógica y la ética que, en líneas muy generales, se mantendrá más próxima al materialismo y naturalismo aristotélico que al idealismo platónico.

1.1.2.1.1. Los primeros filósofos cristianos continuarían la tradición de los ejercicios espirituales en la vida monástica, profundizando en la meditación y en el examen de conciencia; pero el fin último de su filosofía y de estos ejercicios no será otro que conocer a Dios.

2. El alma en la filosofía griega y romana: entre el idealismo platónico y el naturalismo aristotélico.

2.1. La aparición del término «psicología» en el siglo xvi está ligada a una nueva ola de comentarios, en el contexto de la reforma protestante, al tratado De anima (Sobre el alma) de Aristóteles (384-322 a. C.), en el que se aborda el problema de la definición del alma.

2.1.1. pensamiento de Platón (427 a. C.–347 a. C.), que recogía a este respecto la doctrina de la transmigración de las almas. Para Platón existe un mundo aparte, divino, más real y verdadero que el mundo sensible y cambiante en el que vivimos.

2.1.2. Este mundo material no sería más que una copia, mero reflejo de ese mundo eterno e inmutable en el que residirían las Ideas o Formas.

3. El Renacimiento y la Reforma protestante: la ciencia del alma al servicio de la salvación

3.1. La Reforma Protestante iniciada por Martin Lutero (1483-1546) en Alemania, que denunciaba la degeneración de la institución eclesiástica. Se producía con él la división confesional del Sacro Imperio Romano Germánico, que abría la puerta a un pluralismo religioso hasta entonces insólito.

3.2. El conocimiento del alma humana se convierte a partir del Renacimiento en un tema central, si bien en estos momentos, en el marco de una sociedad cristiana, su objetivo fundamental es alejarnos de nuestra naturaleza pecaminosa.

3.2.1. Por otro lado, con la disolución de la antigua comunidad cristiana jerárquica (articulada a través de unidades políticas como el Sacro Imperio Romano Germánico) en numerosos Estados, cada uno de los cuales se entiende como una asociación (societas) de individuos, empezarán a aparecer diferentes teorías del contrato social, jurídicas, éticas y políticas, que tratarán de explicar la unión entre esos individuos que ahora se consideran como originalmente aislados (teorías como las de Hobbes o Locke a lo largo del siglo xvii y Rousseau en el xviii) (Dumont, 1985).

3.2.1.1. En ese proceso, obras como las de Francis Bacon (1561-1626), Johannes Kepler (1571-1630) y Galileo Galilei (1564- 1642) resultarán fundamentales a la hora de hacer valer dichas capacidades a través de la experiencia, el razonamiento y la experimentación en la construcción del conocimiento.

4. La Ilustración: del análisis de la mente a la psicologización del ser humano.

4.1. Uno de los conceptos clave de la Ilustración era el de «naturaleza humana». Los relatos que llegaban de la colonización, con extensas descripciones de los nativos de lejanas tierras, favorecían debates sobre la clasificación de los seres humanos, que mostraban una gran diversidad física y cultural.

4.2. La contraposición entre una Europa civilizada (superior pero artificial) y un supuesto estado natural (salvaje), estaba ampliamente extendida. Los discursos sobre el ser humano, influidos por la amplia difusión del Ensayo sobre el entendimiento humano de Locke, se van «psicologizando» a lo largo del siglo xviii (Vidal, 2000).

4.2.1. El despegue de la psicología como ciencia universitaria tiene así lugar en el siglo xviii, en Alemania, marcado por una psicologización del discurso filosófico que procede del análisis del entendimiento de Locke y que se hibrida con la filosofía racionalista. A partir del lugar que Wolff reserva a la psicología empírica en su sistema se abrirá todo un debate metodológico sobre sus límites y posibilidades.

4.2.2. En ese debate intervendrá activamente Immanuel Kant (1724-1804), apostando por hacer de la psicología empírica, como descripción natural del alma, una disciplina independiente de la metafisica.

4.2.2.1. El proyecto kantiano, la reacción romántica a la Ilustración y la posterior filosofía del espíritu terminarán de dar forma a ese espacio de la subjetividad moderna inaugurado por Descartes y Locke. De él se ocupará una incipiente y titubeante psicología cuyas elaboraciones, a su vez, no dejarán de contribuir a la construcción de ese mismo espacio.

5. La ciencia moderna y la mente como espacio de la experiencia subjetiva.

5.1. Una parte importante de la responsabilidad del nacimiento de la psicología moderna recae, siguiendo a Georges Canguilhem (2002), en el desarrollo de la física mecanicista en el siglo xvii.

5.2. La nueva concepción de la física se enfrentaba al naturalismo renacentista, de raíz aristotélica, por su atribución de capacidades o poderes a la materia (como, por ejemplo, en su tratamiento de los imanes, que se consideraban dotados del poder de la «atracción magnética»).

5.2.1. Los reformadores cristianos más comprometidos con el desarrollo de la ciencia dieron un giro hacia el mecanicismo, haciendo de la materia algo completamente inerte, sin capacidades.

5.2.1.1. René Descartes (1596-1650) realizó su trabajo referente al marco científico y religioso, que llevaría ese mecanicismo hasta el cuerpo humano.

6. La ciencia del alma en la Edad Media: de la filosofía.

6.1. la filosofía platónico-agustiniana dominaría el pensamiento medieval en Occidente durante toda la Alta Edad Media (siglos v-xi).

6.1.1. El reencuentro con la filosofía clásica no se produciría hasta el final de este periodo, con la expansión de la cultura árabe y el acceso a dichas traducciones.

6.1.2. El naturalismo de Aristóteles, que empezó a difundirse durante la Baja Edad Media (siglos xi-xv), resultaba en principio incompatible con el dogma eclesiástico, la concepción cristiana de la inmortalidad del alma humana y la meditación introspectiva como fuente del conocimiento.

6.1.2.1. El apogeo de la Escolástica tuvo lugar en torno al siglo xiii, un momento especialmente importante en el plano de la reflexión teológica, con nombres como San Buenaventura (1221-1274) o Santo Tomás de Aquino (1224-1274).

6.1.2.2. En el mundo islámico, tras una primera huella de neoplatonismo, el alma se había seguido estudiando fundamentalmente desde una perspectiva naturalista, combinando la filosofía aristotélica con la medicina romana tardía, como la de Galeno (129-216 d. C.).

6.1.2.2.1. la clasificación aristotélica de las facultades del alma, manteniendo la distinción entre alma vegetativa, sensitiva y racional, si bien se cuidó más de introducir aspectos que separaban al ser humano del animal, incorporando algunos matices importantes que otorgaban al primero un mayor control racional.