2.1. El argumento analógico consiste en trasladar las propiedades de un objeto ya conocido, A otro que es semejante y que se intenta conocer, Éste tipo de argumentación no puede calificarse de “válido” o “inválido”, cómo se hace con los deductivos. En estos hay cierta probabilidad, por lo que se parecen a los argumentos inductivos.
2.2. Es importante saber que no todos los argumentos analógicos se refieren exactamente a dos cosas o exactamente a una sola propiedad. Al margen de estas diferencias numéricas, todos los argumentos analógicos tienen la misma estructura.
3. Refutación
3.1. La refutación es una habilidad que consiste en probar la invalidez de los argumentos de otro, su propósito es polemizar acerca de la validez de dos o más posturas contrarias; implica el uso de análisis argumentativo.
3.2. Al escribir o expresar un discurso el autor argumenta las ideas desde una perspectiva, pero no debe olvidar que existen otros enfoque respecto al tema que trata, Éstos enfoques o puntos de vista contrarios a los del autor son refutaciones.
4. Argumentos deductivos
4.1. Son argumentos donde la conclusión se infiere necesariamente de las premisas; es una actividad mental que va de lo general a lo particular.
4.2. Se llama término mayor El que aparece en el predicado de la conclusión en el sujeto o predicado de alguna de las premisas, se reconoce con el símbolo: “T”.
4.3. El término menor se ubica en el sujeto de la conclusión, Y en el sujeto del predicado de cualquiera de los premisas se representa como: “t”.
4.4. Por último, Se denomina terminó me diga el que no aparece nunca en la conclusión, pero se repiten las dos premisas y o sea como sujeto, predicado, Y se representa con la letra: “M”.
5. Argumentos inductivos
5.1. Los razonamientos inductivo plantean conclusiones probables, A partir de la observación de un número de casos específicos, se puede generalizar en la conclusión.
5.2. Se debe tener cuidado porque la generalización vale no sólo para los casos que se han observado, Sino que se infiere que vale para todos los de esa clase aunque no hayan sido observados, de ahí qué, se obliga entonces a anteponer en la conclusión la probabilidad; la mejor forma de hacerlo es usando la palabra “probable”.
