1. Modelos contaminados
1.1. Inculpador: Tiene dos enfoques:
1.1.1. El victimario: es el acusador, autoritario, tiene una actitud de superioridad
1.1.2. La víctima: Emplea oraciones como: “yo tengo la culpa”, “todo me pasa a mí”
1.2. Racionalista o calculador:
1.2.1. Adopta una actitud correcta, sensata, serena, razonable en exceso, fría, sin reflejo de emociones.
1.3. Evasivo o distractor:
1.3.1. Ignora la amenaza, busca mecanismos para enfocar la atención en otro tema, se dispersa, es esquivo, evita la confrontación, por lo tanto, no resuelve los conflictos.
1.4. Conciliador o aplacador:
1.4.1. Intenta aplacar a fin de evitar el enojo del otro, se disculpa, quiere agradar, ser aceptado, siempre está de acuerdo, busca la aprobación de los demás. Las expresiones más comunes del conciliador son: “Como tú prefieras”, “Lo que dices me parece bien”
2. Modelos sanos
2.1. Para que la comunicación sea efectiva debemos considerar tres “puertas”: verdad, necesidad y calidez o afecto.
2.2. Hemos escuchado con frecuencia expresiones como “lo importante no es lo que se dice, sino cómo se lo dice”, “más vale una gota de miel que un barril de vinagre”, de ahí la necesidad de comunicarnos de manera cálida y afectuosa, donde el respeto es primordial.
3. Modelo de la comunicación no violenta
3.1. El modelo de la comunicación no violenta se sintetiza en cuatro pasos o componentes:
3.1.1. 1.Actos concretos que observamos que afectan nuestro bienestar.
3.1.2. 2.Cómo nos sentimos en relación con lo que observamos.
3.1.3. 3.Las necesidades, los valores, los deseos, etc., que crean nuestros sentimientos.
3.1.4. 4.Los actos concretos que queremos pedir a la otra persona para enriquecer nuestra vida.