Guillermo De Humbordt Y Sus Investigaciones Sobre La Lengua Rivera Cruz Dayann Alexia Leal Hernán...

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Guillermo De Humbordt Y Sus Investigaciones Sobre La Lengua Rivera Cruz Dayann Alexia Leal Hernández Diana Yamilet Ramírez de Jesús Citlali 610 por Mind Map: Guillermo De Humbordt Y Sus Investigaciones Sobre La Lengua Rivera Cruz Dayann Alexia Leal Hernández Diana Yamilet Ramírez de Jesús Citlali 610

1. Con la publicación y recepción de los trabajos lingüísticos de Guillermo de Humboldt ha sucedido algo muy extraño. Sus contribuciones a la teoría del lenguaje no son solo conocidas, sino han ejercido una gran influencia en la lingüística.

1.1. Citaremos solamente tres ejemplos obvios: en él se apoya la Sprachinhaltsforschung, que ha desempeñado un papel dominante en la lingüística germánica de la posguerra; además, a él se le atribuye la muy discutida teoría —especialmente en la lingüística antropológica— de la relatividad lingüística, que en la lingüística norteamericana fuera transformada por Benjamín Lee Whorf en la "hipótesis de Sapir-Whorf".

1.2. Poco conocido y casi no tomado en consideración, así como tampoco publicado, es el hecho de que Humboldt no solamente se ocupó teóricamente del lenguaje, con lo que marcara pautas básicas para el desarrollo posterior de la lingüística, sino también llevó a cabo una labor empírica incansable y titánica.

2. A pesar de que Humboldt se interesaba por todos los idiomas del mundo —como demuestran estos ejemplos— es, sin embargo, de una importancia evidente en su producción 2 su dedicación a los idiomas amerindios. Mas esto es poco conocido. A pesar de varias indicaciones al respecto en sus publicaciones, ello se manifiesta en su verdadera dimensión solamente a través de la lectura de sus manuscritos originales inéditos.

3. Este conocimiento no estuvo limitado en modo alguno a las fronteras alemanas. El anteriormente citado lingüista norteamericano Daniel Brinton, que había visto en Berlín los materiales archivados de Humboldt, publicó en 1885 no solamente el ya mencionado artículo sobre el verbo en las lenguas amerindias, sino también ofreció una conferencia en la American Philosophical Society sobre las investigaciones de Humboldt con respecto a las lenguas indígenas, que fue publicada en los Proceedings de esta sociedad (BRINTON 1890).

3.1. Sin embargo, esto no se tomó en consideración aun cuando —como se ha dicho anteriormente— en los escritos publicados de Guillermo de Humboldt se encuentran repetidamente no solamente huellas de los proyectos que él se había propuesto y, especialmente, lo que él, de todo esto, pudo realizar hasta su muerte. En su fragmento Estudios sobre las lenguas americanas de 1826 escribe: Con razón se puede considerar una necesidad para la lingüística gene- ral de estudiar las lenguas americanas en su conjunto, de describir su estructura y de compararla con la de las lenguas de otras partes del mundo. Mi intención es entonces hacer una investigación que busca lo esencial de las lenguas de la manera más completa y más profunda posible, según mis capacidades. Para tal efecto no solamente había aprendido las lenguas sino también analizado de mi parte después de haber coleccionado durante todavía más tiempo mate- riales al respecto, que están sobre todo en forma manuscrita (HUMBOLDT 346).

4. Friedrich Wilhelm Christian Carl Ferdinand, barón de Humboldt, llamado habitualmente Wilhelm von Humboldt, y, en español, Guillermo de Humboldt, fue un erudito y hombre de estado prusiano, uno de los fundadores de la Universidad de Berlín. Nacimiento: 22 de junio de 1767, Potsdam, Alemania Fallecimiento: 8 de abril de 1835, Tegel, Alemania Educado en: Alma Mater Viadrina; Universidad de Gotinga Educación: Academia de Ciencias de Gotinga (1788–1789) Libros: The Limits of State Action, Briefe an Eine Freundin, Über die Kawi-sprache auf der insel Java.

5. Es un gran mérito de KURT MÜLLER-VOLLMER (1993), profesor de la Universidad de Stanford, haber encontrado, catalogado y descrito el legado lingüístico de Humboldt en su totalidad. El legado perteneció primero a la Biblioteca Real Prusiana y después a su institución sucesora, la Biblioteca del Estado de Prusia. Fue evacua- do de Berlín, por partes, para salvarlo durante la Segunda Guerra Mundial y, hasta ahora, no ha podido ser reunido nuevamente. Una parte se encuentra en la Biblioteca del Estado de la Fundación Patrimonio Cultural Prusiano en Berlín, formando parte del legado de Johann Karl Eduard von Buschmann, otra en la Biblioteca Universitaria de Cracovia (Polonia), y algunos materiales también en Tegel (en la casa de Humboldt). El inventario de los fondos da por resultado que Humboldt había redactado gramáticas y diccionarios, más o menos elaborados y minuciosos, al lado de una infinidad de esbozos sobre las siguientes lenguas amerindia

6. En el curso de los trabajos al respecto, se había despertado en Buschmann un interés propio. De hecho no los publica, sino usa el material confiado a él, como cantera para sus propios planes de publicación. Aún hoy se comprueba la mano de Buschmann en los manuscritos legados: copias por un lado, compilaciones por otro lado, pero también atentados graves hechos con tinta, tijera y pegamento. A pesar de este encargo, tenemos que constatar que no fue publicado en aquel entonces ninguno de los manuscritos del erudito de Tegel sobre las lengua amerindias. Se puede decir que desde aquella época hasta los años ochenta de este siglo, nadie más se ha ocupado seriamente de este legado inédito. Recién en los últimos años, Kurt Müller-Vollmer y Manfred Ringmacher han centrado su atención nuevamente en esta obra. Recientemente, también otros lingüistas —invitados a un coloquio del Instituto Iberoamericano de Berlín— han tomado nota nuevamente de la obra americanística, la han analizado y la han evaluado, tanto en su perspectiva histórica como también en sus alcances actuales.

7. Humboldt se benefició decididamente de la colección de gramáticas amerindias de Hervás, almacenada en Roma, por lo menos durante los primeros tiempos de su interés por estas lenguas. A esto se añadieron después, las gramáticas y textos que su hermano le trajo de su viaje de América y que, en los últimos años, éste las compraba sistemáticamente por medio de la red sorprendente de relaciones que tenía con este propósito ''. Tal material había sido, sin excepción, elaborado por lingüistas misioneros —como se diría hoy— en trabajo de campo, sobre el mismo terreno. Este material constituyó su fuente de información —a falta de investigaciones directas propias—, ya que Guillermo no estuvo nunca en América, lo que no debe pasarse por alto al tratarse esta temática. En alguna forma, el lingüista que trabajó en su escritorio de Berlín estaba siempre dependiente de este material, y con ello también, de la calidad variable de esas fuentes. Por esta razón, el papel que los lingüistas misioneros desempeñaron para el conocimiento de las lenguas amerindias es inapreciable. El mismo tuvo siempre con- ciencia de su dependencia. Esto debe ponerse de relieve justamente en esta temática, en la que se trata de resaltar con justicia los méritos del sabio alemán, que no deben permanecer sin ser apreciados, a pesar de todas las críticas justificables en detalle y las referencias a numerosas deficiencias.

7.1. Humboldt rechazaba la evangelización de los indios, pero valorizaba el mérito de aquellos que habían redactado el material tan importante para él, es decir, de los que habían hecho el trabajo lingüístico en el propio terreno: Para conocer a los salvajes de la manera que satisface también al histo- riador y al filósofo, uno tendría que haber pasado su vida en el desierto. Esto lo hicieron los evangelizadores. Y tenemos que admitir que debemos a ellos todo lo que sabemos hasta hoy en día de las lenguas del Nuevo Mundo (HUMBOLDT IV: 237)

7.1.1. El interés y el estudio de las lenguas amerindias durante la época colonial quedó limitado, en gran parte, a los evangelizadores en América. Las lenguas descubiertas allí fueron, en primer lugar, un problema teológico y no un objeto de la lingüística. Las noticias de que en América se habían descubierto tal cantidad de lenguas desconcertó a los exegetas dogmáticos de la Biblia. Tuvieron grandes dificultades en conciliar estas informaciones con la exis- tencia de sólo 72 lenguas babilónicas nombradas en el Antiguo Testamento. Tal como ya lo destacara el historiador alemán Arno Borst hace años, fueron elaboradas las teorías más aventureras para salvar la 'verdad' de la Biblia.

7.1.2. Casi al mismo tiempo, el jesuíta español y bibliotecario del Colegio Romano en Roma, Lorenzo de Hervás y Panduro, reunía una colección incomparable de gramáticas y diccionarios de len- guas amerindias. Después de la expulsión de los jesuítas de América en 1767, había podido animar a los colegas regresados a Italia 12 para que escribieran y pusieran a disposición de él los conocimien- tos que habían adquirido de las lenguas amerindias. Primero en 1784 en Italia y después desde 1800 hasta 1805 en Madrid, en una versión aumentada en español, se publicó en varios tomos su Catálogo de las lenguas. Sin embargo, su meta no era principal- mente de orientación lingüística, sino etnográfica (Cf. THOMSEN 1927:40, ARENS 1969:149, LÜDTKE 1978:12) l3.La contribución que hizo Hervás a la lingüística amerindia no ha sido apreciada adecua- damente por largo tiempo.

7.1.2.1. El interés de Humboldt en las lenguas amerindias (y otras) no fue despertado precisamente por Adelung o Schlegel. Sus primeros estudios, mediante las copias de los materiales 'hervasianos', habían comenzado ya antes de 1806 en Roma. No se puede decir con precisión cuál era su meta en aquel entonces, pero de todos modos, el interés debió ser tan fuerte que lo llevó a emprender una labor semejante. Su hermano Alejandro, regresado de América, desem- peñó también un papel importante. Al visitarlo en Roma, le entregó una serie de gramáticas y diccionarios que había traído de ultramar, que Guillermo designó después como las fuentes más importantes para él (HUMBOLDT IV:239).

7.1.2.2. Si bien nosotros actualmente, como especialistas de las len- guas de América —sean estas de la América antigua, ibérica, inglesa o francesa— o sencillamente como lingüistas, estamos de acuerdo sobre la equivalencia de todas las lenguas del mundo y no negamos el derecho que tienen también los amerindios y otras etnias colonizadas a preservar su identidad cultural e idiomática, los precursores de Humboldt y sus contemporáneos no estaban aún convencidos del todo. Por ello, es mucho más admirable la com- prensión que Humboldt había adquirido y propagado sobre esta cuestión en el curso de su trabajo con las lenguas amerindias. Es cierto que él acepta la posibilidad de perfeccionar las lenguas mediante desarrollo cultural e intelectual de los hablantes, pero, después de algunas observaciones eurocentristas y hasta concebi- das depreciativamente en los tiempos primeros —por ejemplo en Essai sur les langues du nouveau Continent de 1812—, no vuelve a expresar ningún juicio discriminatorio sobre las llamadas lenguas primitivas. Al contrario, en 1824, escribe en Sobre la escritura alfabética y su relación con la estructura del idioma que la lenguas amerindias: ... habrían sido calificadas con mucha injusticia con el nombre de bár- baras y salvajes a pesar de que su estructura se diferenciaba totalmente de las cultas (HUMBOLDT V: 107).

7.1.3. Las lenguas americanas encontraron en Europa un interés lingüístico bastante tardío. Uno de los primeros fue James Burnett Lord Monboddo en Gran Bretaña( 1714-1799), en cuya obra, publi- cada en 1784-1785 bajo el título Del origen y desarrollo del lenguaje, se ilustraron los estadios precoces del desarrollo del lenguaje mediante ejemplos, tomados de lenguas norteamericanas (entre otras del hurón). Las lenguas amerindias (cuyas fuentes, las gramáticas de los misioneros lingüistas, son, ciertamente, poco fidedignas) se utilizaron para la ilustración de teorías sobre el desarrollo de las lenguas y, además, para la clasificación de las mismas, mediante lo cual, las lenguas amerindias resultan como lenguas primitivas (ARENS 1969:130 sig.).

8. Los escritos conocidos, por haber sido publicados, eran: 1. Su Essai sur les langues du nouveau Continent escrito en francés en 1812 (en HUMBOLDT III); 2. Su Versuch einer Analyse der mexikanischen Sprache ('Ensayo de análisis de la lengua mexicana') de 1820 (en HUMBOLDT IV: 233-284), en el que demuestra la intensidad con la que él se había ocupado con el náhuatl; 3. Su conferencia académica de 1822 sobre el "verbo america- no", en la que ofrece un estudio comparativo de varias lenguas amerindias. Esta conferencia fue publicada postumamente por Daniel Brinton en 1885 (fuera de la edición de la Academia), traducida al inglés. El manuscrito original escrito en alemán ha desaparecido. 4. Su ensayo, no terminado, Untersuchungen über die amerikanischen Sprachen ('Estudios sobre las lenguas america- nas') de 1826 (en HUMBOLDT V: 345-663), en los que intenta presentar su proyecto pertinente, pero que solamente demuestra un esbozo interrumpido, del que, a pesar de su carácter de fragmento, se pueden extraer informaciones importantes sobre sus motivos y metas teóricas al respecto.

8.1. La descripción de estas lenguas, en la mayoría de los casos muy diversas, clasificadas en una sola categoría solamente porque proviene de la misma parte del mundo, debe a fuerza hacerse de dos maneras. Primero hay que presentar la estructura de cada lengua por sí misma y segundo se tienen que comparar las características de todas de tal forma que los rasgos comunes inhertes se perciban fácilmente (HUMBOLDT V: 353).

9. Él no pudo finalizar este proyecto verdaderamente titánico, que por cierto debió objetivamente superar sus fuerzas. Sinembargo, de este proyecto se encuentra en su legado una cantidad impresionante de gramáticas y diccionarios de lenguas amerindias —elaborados en mayor o menor grado—, que ofrecen una vista fascinante de su trabajo en este campo

10. Y en relación con la posibilidad de raciocinaren estas lenguas, se expresa él, en el mismo manuscrito, con una observación que demuestra su posición absolutamente opuesta a la ideología antigua de la primitividad de las lenguas amerindias que, aún hoy, se puede encontrar. Termino mi breve descripción de un capítulo de la historia lingüística, dejando la voz al eminente sabio lingüista Guillermo de Humboldt, al cual debemos tanto. Dice respecto a las lenguas amerindias: Es cierto, se puede ver que no era ausente la expresión ni de raciocinio, ni de fuego ni de fuerza impactante de los sentimientos sobre todo en los discursos políticos [de los amerindios, K.Z.l. Prueba de eso es que se lo en cuentra hasta hoy en día en los discursos de los jefes de grupos salvajes del norte de América, cuya autenticidad no puede ponerse en duda ya que no se pueden atribuir estas calidades al contacto con los europeos (HUMBOLOT V: 128)