1.1. La vida de Cristo era de una influencia siempre creciente, sin límites; una influencia que lo ligaba a Dios y toda la familia humana.
2. Los impulsos y sentimientos bondadosos
2.1. Los sentimientos bondadosos, los impulsos generosos y la rápida comprensión de las cosas espirituale son talentos preciosos, y colocan a s poseedor bajo una pesada responsabilidad. Todos han de ser usados en el servicio de Dios.
3. El tiempo
3.1. Nuestro tiempo pertenece a Dios. Cada momento es suyo, y nos hallamos bajo la más solemne obligación de aprovecharlo para su gloria. De ningún otro talento que él nos haya dado requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo.
4. La salud
4.1. La salud es una bendición cuyo valor pocos aprecian; no obstante, de ella depende mayormente la eficienci de nuestras facultades mentales y físicas.
5. La fuerza
5.1. Debemos amar a Dios, no sólo con todo el corazón, el entendimiento y el alma, sino con toda la fuerza. Esto implica el uso pleno e inteligente de la facultades físicas.
6. El dinero
6.1. Dios también confía recursos a los hombres. El les da el poder de obtener riquezas. El riega la tierra con el rocío del cielo y con aguaceros de refrescante lluvia.
7. Los talentos son multiplicados por el uso
7.1. Los talentos que se usan son talentos que se multiplican. El éxito no es el resultado de la casualidad o del destino; es la operación de la providencia de Dios, la recompensa de la fe y la discreción, de la virtud y el esfuerzo perseverante.
8. La devolución de los talentos
8.1. “Y después de mucho tiempo, vino el Señor de aquellos siervos, e hizo cuentas con ellos”. Cuando el Señor arregle cuentas con sus siervos, será examinado cuidadosamente el producto de cada talento.
9. Los dones del Espíritu Santo
9.1. Los talentos que Cristo confía a su iglesia representan especialmente las bendiciones y los dones impartidos por el Espíritu Santo.
10. Otros Talentos
10.1. Los dones especiales del Espíritu no son los únicos talentos representados en la parábola. Ella incluye todos los dones y talentos, ya sean originales o adquiridos, naturales o espirituales. Todos han de ser empleados en el servicio de Cristo.
11. El uso de los talentos
11.1. En la parábola, el que había “recibido cinco talentos, se fue, y granjeó con ellos, e hizo otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también él otros dos”.
12. Las facultades mentales
12.1. Dios requiere el adiestramiento de las facultades mentales. Else propone que sus siervos posean má inteligencia y más claro discernimiento que los mundanos, y le desagradan aquellos que son demasiado descuidados o indolentes para llegar a ser obreros eficientes, bien informados.
13. El habla
13.1. La facultad del habla es un talento que debiera ser diligentemente cultivado. De todos los dones que hemos de Dios, ninguno puede ser una bendición mayor que éste.
14. Un solo talento
14.1. El hombre que recibió un solo talento, “fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su Señor”. El que había recibido el menor don fue el que dejó su talento sin aprovechar. Aquí se da una amonestación a todo los que sienten que la pequeñez de sus dones lo excusa de presentar servicio a Cristo.
15. El talento quitado
15.1. Sobre el siervo negligente se pronunció esta sentencia: “Quitadle pues el talento, y dadlo al que tiene diez talentos”. Aquí así como en la recompensa del siervo fiel, se indica no sólo el galardón que se recibirá en el día del juicio final, sino el proceso gradual de retri- bución en esta vida.
