5.1. Debe corregir faltas de ortografía, puntuación, acentuación, errores léxicos y semánticos…; evitar localismos, ambigüedades, redundancias, erratas, inexactitudes, pobreza de vocabulario, lugares comunes, incoherencias, fallos de concordancia… Y cuando crea que el texto ya está perfecto, debe volverlo a leer. Su trabajo es revisar, revisar y revisar.
5.2. Debe valorar a qué tipo de texto se enfrenta.
5.3. El corrector responsable tiene que saber parar a tiempo de corregir, aunque a veces le resulte difícil.
5.4. Debe cuidar la relación con el autor y mantener con él abierta la comunicación siempre que sea posible, consultarle todo lo que dude, advertirle de errores en las fechas, personajes, datos, fallos de coherencia…
5.5. Siempre está dispuesto a aprender.
5.6. Estar al día también en redes sociales, sigue en Twitter, Facebook, blogs, webs… a los que generan recomendaciones sobre el uso correcto del idioma, como la RAE, la Fundéu u otros colegas correctores.
5.7. Supervisa que la maquetación sea la correcta para la comprensión del texto.
5.8. Tiene que dudar de sus propios conocimientos, incluso de lo que cree que sabe «de toda la vida»; siempre ha de estar dispuesto a asegurarse de que maneja los términos con propiedad, para ello, debe tener a mano diccionarios, ortografías y gramáticas en sus últimas ediciones.