La noción de gracia en la biblia y en la tradición

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1. El semipelagianismo

1.1. pero creen que el primado que a ésta da Agustín, también en relación con su doctrina acerca de la predestinación, es excesivo. Piensan que no se deja espacio suficiente al libre albedrío.

1.2. Y para ellos

1.3. Ve la necesidad de afirmar al hombre y su libre albedrío frente al margen de la gracia divina, como si entre los dos incompatibilidad

1.4. sin que preceda al momento descendente de Dios hacia nosotros, que en nuestras propias fuerzas creaturales es la capacidad de movernos hacia él.

1.5. La única solución correcta al problema de la iniciación es mantener el primado absoluto del amor de Dios, ya que sólo puede atraer hacia sí al hombre

1.6. La necesidad de la gracia es total en todo momento; Es la misma gracia la que hace falta humildes y obedientes

2. Los Padres griegos. La divinización

2.1. Para Justino la gracia se relaciona sobre todo con la revelación y la enseñanza de Jesús

2.2. Toda la «economía» gira en torno a este misterio, que proyecta su luz sobre toda la historia.

2.3. El hombre es así el ser llamado a la comunión con Dios, a la participación en su vida en Cristo Jesús

2.4. Ireneo ha hablado de nuestro ser «dioses», la palabra «divinización» ha sido usada por primera vez por Clemente Alejandrino, que la relación explícitamente con la gracia y la filiación divina: «El (Jesús) nos ha hecho la gracia de la herencia Paterna, grande, divina y que no se divierten, diviniendo a un hombre por una celeste enseñanza »

2.5. La unión de Jesús con todos nosotros por el hecho de haber asumido nuestra naturaleza, que permiten después de la comunicación a todos de su vida de resucitado es la base de nuestra participación en su relación con el Padre.

2.6. Nuestra Condición de «hijos en el Hijo», es Posible Sólo si Jesús es Realmente el hijo de Dios y si, por Otro Lado, Comparte Nuestra Humanidad.

2.7. La discusión sobre la divinidad del Espíritu en la función divinizadora que en nosotros ejerce el Espíritu de Jesús:

2.7.1. Si el Espíritu no es Dios, no puede ponernos en comunión con el Padre; De su posesión depende, por tanto, nuestra vida filial

3. Pelagio y san Agustín

3.1. maniqueísmo; su interés se centra, por tanto, en afirmar la bondad de la creación, el «bien de la naturaleza»

3.2. Dios no puede ser de ningún modo autor del mal; por tanto, éste ha de caer bajo la exclusiva responsabilidad del hombre.

3.3. Pelagio una dimensión de la gracia, el «auxilio» concreto para que el hombre haga el bien; por otra parte, ni hacemos el bien ni lo dejamos de hacer «sine volúntate», sin nuestra voluntad

3.4. La doctrina de la divinización de los Padres griegos y el concepto de «gracia» como ayuda para el bien o la liberación del pecado propio de Agustín

3.5. El favor gratuito de Dios que se manifiesta en la encarnación del Verbo es «gracia»

3.6. El doctor de Hipona y su teología del "chistus totus" dice que en Cristo se realiza la unión de todos los hombres, y sólo en la unión con el cuerpo se puede dar la salvación. El destino de cada hombre individual se ve en relación a la unión con Cristo y con la Iglesia.

3.7. Contra las ideas pelagianas ,

3.8. Agustín precisamente para explicar la diferencia entre la enseñanza pelagiana y la doctrina católica: la necesidad de la gracia es la expresión de la necesidad de Cristo . Por ello, el hombre sin la gracia no puede evitar el pecado, no puede vivir rectamente, no Puede hacer obras auténticas de virtud.

4. La escolástica

4.1. el hombre es una criatura llamada a la comunión con Dios y que, por consiguiente, no tiene otra posibilidad de llegar a su plenitud si no es en esta comunión misma.

4.2. la gracia ha de tener un efecto «sanante», ha de conceder al hombre aquellas fuerzas de que su naturaleza se ha visto privada por el pecado.

4.3. , causa una modificación de nuestro ser, ya que la benevolencia divina tiene efectos en su destinatario.

4.4. El amor no solo existe en Dios, sino también en nosotros;

4.5. este amor es el principio permanente de la transformación del hombre. En virtud de este amor creador de Dios y de su efecto, el hombre participa en el ser de Dios mismo

4.6. El «hábito» respecto de las otras virtudes. Es para salvar el carácter de sujeto del hombre por lo que se hace necesario hablar de la gracia como lo habitual cualidad del alma.

4.6.1. La gracia no es sólo «tener» a Dios, sino sobre todo «ser tenido» por él.

5. La terminología de la gracia en el antiguo testamento

5.1. El verbo hanan y su derivado el sustantivo hien. El significado original de la raíz es apiadarse, obrar bien con alguien.

5.2. Es un predicado divino, que con frecuencia se encuentra en una condición de misericordioso en una fórmula estereotipada: «Yahveh, Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor.»

5.3. Solamente Dios puede dar la gracia a los pobres oa los humildes, o hacer que encuentren el favor de otros; Así en Gen 39,21.

5.4. Ex 3,21, el pueblo halla gracia a los ojos de los egipcios, siempre por el don de Dios. El término hen significa también la calidad, la belleza que tiene el que halla el favor divino.

5.5. El hesed es, por consiguiente, la actitud de amor y de favor de Dios para los hombres que está en la base de su actuación concreta.

5.6. En los profetas, en especial en Jeremías y Oseas, el hesed define la actitud amorosa de Dios para con el pueblo con la imagen del matrimonio, expresión privilegiada de esta actitud divina

5.7. El término xá.pic, que hallamos en el Nuevo Testamento es el antecedente inmediato de nuestro vocablo actual «gracia».

5.8. El término expresa la estructura formal de la salvación de Cristo: es algo que se da gratuitamente, por el favor de Dios.

5.9. Es lo que el hombre no puede nunca merecer, el regalo más grande que puede recibir. Es el don gratuito, el «favor» divino, lo contrario de lo que se da porque se debe

6. La Reforma protestante, el concilio de Trento y la teología postridentina

6.1. Trento cuando los problemas del problema específico de la justificación;

6.2. Lutero reacciona contra la idea de la gracia creada y del "hábito" de la escolástica de su tiempo, en el sentido en el que entiende estos conceptos algo que, una vez poseído, fuerza a Dios a darnos la vida eterna, un presupuesto para la Acción meritoria del justo que le otorga un cierto derecho a la salvación,

6.3. La acción de Cristo por nosotros no se manifiesta directamente en nosotros

6.4. Pero el concilio quiere afirmar la realidad de la justificación en el hombre, considere insuficiente la mera no-imputación del pecado

6.5. La gracia es también el amor y el favor de Dios manifestado en la redención de Cristo

6.6. Los tomistas partían de la primacía de Dios y de su voluntad salvadora; Esta se manifiesta en la gracia que da a los hombres, el cual, en el caso de que Dios quiera que el mar eficaz, va acompañado de una «física física» que se mueve a un hombre como una causa libre.

6.7. La teología católica va a mantener que el pecador, a pesar de su enemistad con Dios, no peca en todas las obras que lleva un cabo, es decir, que cae en él una obligación «creatural» que no desaparece por el hecho del pecado.

7. El agustinismo postridentino

7.1. Todas las obras del pecador de su pecado, porque están marcadas por la concupiscencia y por no puede en absoluto llevar a Dios.

7.2. En la teología de Bayo no tiene ninguna importancia el «hábito» o la gracia santificante, el «estado de gracia», porque lo que Dios premia no es el hombre del hombre, sino su obrar.

7.2.1. La realidad de la justificación parece identificarse con las obras buenas movidas por la gracia divina.

7.3. La libertas a necessitar y la libertas a servitute. La primera se refiere a la voluntad que puede expresarse sin ser forzada por una necesidad exterior. La segunda es la inclinación del alma a su verdadero bien cuando es movida por el amor.

7.4. La acción de Dios se reduce, por tanto, un impulso externo que no transforma profundamente al hombre.

7.5. La gracia de Cristo libra de esta servidumbre, lo que no excluye, por otra parte, la existencia de una necesidad interior.

8. Las perspectivas actuales de la teología de la gracia

8.1. En torno a don de Dios a los hombres: la gracia radical que es Cristo y la donación que en Jesús y el Espíritu Santo nos hace Dios de sí mismo.

8.2. según el principio de la unidad de actuación ad extra de las tres divinas personas; Las tres habitan igualmente en el alma del justo.

8.3. En relación con la gracia «real», se trata de la necesidad de la misma para la realización de actos moralmente buenos;

8.3.1. Lo que el hombre puede hacer por sus fuerzas; La necesidad de la gracia para la justificación y para la perseverancia; La armonización de la acción de la gracia y de la libertad.

8.4. La presencia de Dios es la que nos transforma; Con ello, y como tendremos la ocasión de ver, la misma noción de la divinización y del cambio interno del hombre caído potenciada.

8.5. El amor de Dios revelado en Cristo afecta a todos ya toda la historia en todas sus dimensiones.

8.6. La gracia es una nueva oportunidad es una nueva posibilidad de racionalización humana que a todos se les ofrece.