
1. Las funciones ejecutivas pueden ser definidas como:
1.1. las rutinas responsables de la monitorización y regulación de los procesos cognitivos durante la realización de tareas cognitivas complejas (Miyake, Friedman, Emerson, Witzki, Howerter y Wager, 2000). Su funcionamiento se ha asociado fuertemente con el Córtex prefrontal, como indican los estudios de personas con lesiones en la corteza Prefrontal, como el caso clásico de Phineas Cage. Este tipo de pacientes muestra rendimiento bajo en pruebas como el Wisconsin (Longo, Kerr, Smith, 2013) y Torre de Londres (Shannon, Kisleya, Hasker, Nathaniel, Campbell y Davalosb, 2013).
1.1.1. Las Funciones ejecutivas depende de funciones cognitivas del más alto nivel y de más bajo nivel, por ello no pueden ser consideradas de forma aislada. No hay un consenso sobre las funciones que lo integran, pero si hay un acuerdo en considerar estas funciones especialmente importantes en la conducta cotidiana. Desde esta perspectiva se categorizan las diferentes funciones ejecutivas en cuatro dominios interdependientes: procesamiento de la información, control atencional, flexibilidad cognitiva y establecimiento de objetivos. Estos cuatro dominios interaccionan y tienen relaciones bidireccionales.
1.1.1.1. Miyake, Friedman, Emerson, Witzki, and Howerter (2000) en su estudio apuestan, como hemos comentado en líneas precedentes, por una postura que considera tres aspectos de las funciones ejecutivas -flexibilidad, actualización e inhibición-, concluyendo, que aunque son claramente distintos, comparten un aspecto común subyacente. Apoyándose en estos resultados se establece que las funciones ejecutivas son independientes, pero hay constructos que correlacionan moderadamente, esto sugiere apostar por el paradigma de la unidad y la no unidad de los componentes de las Funciones ejecutivas.
2. Los elementos claves que incluyen las Funciones ejecutivas son:
2.1. (i) anticipación y desarrollo de la atención
2.1.1. (ii) control de impulsos y auto-regulación,
2.1.1.1. (iii) flexibilidad mental y utilización de la realimentación,
2.1.1.1.1. (iv) planificación y organización
3. Las evidencias de que las Funciones ejecutivas están fraccionadas se apoyan en:
3.1. (i) los resultados que se han encontrado en pacientes con daños en el lóbulo frontal, quienes rara vez exhiben una disfunción ejecutiva global (ver Pennington y Ozonoff, 1996); (ii) pueden presentar déficits específicos en procesos ejecutivos que pueden ser localizados en diferentes zonas de la corteza prefrontal (Stuss et al., 2002); (iii) las medidas de procesos ejecutivos correlacionan pobremente (Miyaket et al., 2000); y (iv) el desarrollo de las trayectorias de específicos de los procesos ejecutivos varían a lo largo del mismo no existiendo una tendencia única (Anderson, 2002).
3.1.1. por ejemplo: (i) la habilidad para mantener la información en la memoria de trabajo ha sido relacionada con la zona lateral de la corteza prefrontal (Narayanan, Prabhakaran, Bunge, Christoff, Fine y Gabrieli, 2005); (ii) la flexibilidad ha sido relacionado con la zona medial de la corteza prefrontal (Crone, Wendelken, Donohue y Bunge, 2005); (iii) finalmente, la habilidad de inhibición de respuestas ha sido relacionada con la corteza orbitofrontal (Aron, Robbins y Poldrack, 2004) y con otras estructuras -evitando una postura localizacionista- (Krämera, Solbakkb, Funderudb, Lovstadc, Endestad y Knight, 2013).