sistemas y habilidades de la lengua
von Efrain Ruiz

1. Tratamiento de los errores
1.1. El tratamiento del error en cualquier proceso de aprendizaje está supeditado a diferentes variables: el tipo de error, el contexto de aprendizaje, el estilo y las diferencias individuales, la necesidad, los fenómenos subyacentes a la conformación de la interlengua, el conocimiento del error y el interés del estudiante por repararlo.
1.2. Dentro de estas variables, una de la más importante se refiere al conocimiento que tenga el estudiante de sus propias dificultades en el aprendizaje y cómo estas se manifiestan en su producción oral y escrita. Asimismo, el contexto de aprendizaje desempeña un papel relevante dada las condiciones que propicia para una práctica escritural, como en el caso de las comunidades virtuales, espontánea y disponible para ser vista y validada por otros.
1.3. Con respecto a los errores, los de tipo lingüístico han sido ampliamente discutidos en materia de investigación y reparación en clase presencial, sin embargo, los aprendices de lenguas, en la mayoría de veces, no son conscientes de cómo su lengua materna es responsable de muchos de estos. Es decir, los errores gramaticales, léxicos o discursivos, en gran parte son producto de la influencia directa o indirecta de la lengua materna, afectando la comunicación en la lengua objeto de estudio (LO) acorde con el nivel de dominio que tenga de esta. Dicho desconocimiento podría ocurrir, en primer lugar, porque el aprendiente desconoce la estrategia de aprendizaje que permite solucionar problemas de comunicación a partir de su sistema lingüístico materno.
1.4. Esta estrategia, conocida en el ámbito de la adquisición de segundas lenguas (ASL) como la transferencia interlingual o interferencia lingüística, puede producir efectos positivos o negativos dependiendo de varios factores asociados a la LO y la lengua materna (LM).
1.5. En segundo lugar, las transferencias originadas en la producción del aprendiente muchas veces pueden o no ser identificadas por parte del estudiante debido al desconocimiento tanto de su propia lengua materna (en cuestión gramatical y morfosintáctica) como la desinformación respecto del sistema lingüístico de la LO. Pero, ¿de qué manera se podría intervenir este tipo de errores de transferencia considerando un ambiente de aprendizaje mediatizado por la tecnología? Y ¿cómo esta propuesta podría extrapolarse al contexto de clases presenciales?
1.6. Hay varias metodologías para intervenir y reparar los errores lingüísticos y léxicos; Ferreira, Salcedo, no obstante, abordar las clasificaciones en errores de transferencia se vuelve complejo, dada la dificultad, por parte de quien los corrige, para identificar la fuente del error. La identificación de errores de transferencia interlingual implica conocer el sistema de la LM en contraste con la LO.
1.7. En este sentido, a pesar de presentarse aulas o comunidades virtuales de clase multilingües con diversas culturas, los profesores de lenguas no siempre cuentan con el conocimiento de la LM de los estudiantes, lo que dificulta el reconocimiento de errores provenientes de la LM. Aquellos estudiantes que tengan lenguas similares o lenguas en común conocidas por el profesor, podrán reconocer con mayor precisión los errores, sin embargo, debe haber una preparación por parte del profesor de ELE en este tipo de errores de transferencia, cuya identificación y posterior tratamiento asegurará el mejoramiento continuo de la conformación de la interlengua.
2. Sistema fonológico. Los hablantes de una lengua agrupan los sonidos según sus rasgos constantes, dejando de lado las diferencias existentes entre ellos. No se pronuncia igual el sonido n en andar y angosto, ni el sonido b en batalla y abad, pero esas diferencias reales no impiden que un español agrupe el primer par de sonidos bajo en rótulo n y el segundo bajo el b. Estos rótulos son los fonemas, tipos ideales de sonido que solamente se realizan en formas como las descritas, llamadas alófonos.
2.1. Las variantes fónicas de un fonema, o alófonos, no transportan significado, una función que está reservada exclusivamente a los fonemas. Un español reconoce un significado concreto para las palabras “poro”, “caso”, “cuatro”, “mago”, “sarro”, “loro”, “jarra”, etc., sea cual sea el alófono que entre en la pronunciación de cada una. Pero si cambia un solo fonema, dando, por ejemplo, “moro”, “paso”, “cuadro”, “mayo”, “tarro”, “lloro”, “parra”, etc., reconocerá otro significado. Por esto se dice que el sistema fonológico o sistema de los fonemas con que se fabrica el vocabulario de una lengua, es el conjunto de normas que prescriben cómo pronunciar unos fonemas en presencia de otros y qué orden deben guardar entre sí para poder ser portadores de significado.
2.1.1. Los fonemas son, pues, los modelos mentales del sonido que caracterizan a cada lengua, aunque en el habla concreta aparezcan realizados como sonidos diversos. Son los fonemas y no los sonidos las unidades mínimas que se combinan para formar la expresión o significante de las palabras y conseguir así la evocación de significados distintos. Por ello, se consideran los fonemas como unidades distintivas, o sea, elementos que distinguen los significados.
3. Sistema morfológico. Del mismo modo que un fonema, carente por sí mismo de significado, es un tipo ideal o categoría que agrupa diversas variantes de sonido, así también un morfema es un son tipo ideal o categoría que agrupa diversas variantes, o morfos, con la diferencia de que éstos sí están dotados de significado. En nuestras gramáticas se ha preferido darles el nombre de monemas, que pueden ser lexemas, si se trata de los radicales de las palabras, y morfemas, si se trata de las desinencias.
3.1. La palabra “cántaros”, por ejemplo, se descompone en los siguientes monemas o segmentos significativos: “cantar-”, que evoca un recipiente de barro, “–o–”, que evoca el género masculino, y “–s”, que evoca el número plural. Cada uno de ellos es un monema, tanto si está compuesto de varios fonemas como si está compuesto de uno solo. Incluso podría constar de una “ausencia de fonema”, como sucede cuando el número singular se da por la ausencia de –s o –es, que evoca el plural en nuestra lengua. Así en “cántaro” por oposición a “cántaros”.
3.1.1. El sistema morfológico es el conjunto de normas que indican de qué manera deben constituirse los monemas, cuáles pueden aparecer aislados y cuáles en combinación con otros.