Uso Terapéutico

1. Dependencia al alcohol y otras drogas.

1.1. Varias líneas de evidencia sugieren que la psilocibina tiene efectos clínicamente relevantes en la adicción al alcohol y otras drogas (Bogenschutz et al., 2015).

2. Dolores de cabeza

2.1. Migrañas

2.1.1. Se realizó un estudio en la Universidad de Yale en un diseño cruzado, doble ciego, controlado con placebo; su evidencia sugiere que la psilocibina tiene efectos clínicos en la migraña (Schindler et al., 2020).

2.2. Cefaleas en racimo

2.2.1. Informes preliminares del caso sugieren que la ingestión de psilocibina puede reducir estos dolores de cabeza y, más aún, que se pueden interrumpir los ciclos del dolor de cabeza de manera definitiva (Sewell, 2006).

3. Depresión y ansiedad

3.1. La psilocibina produce una reducción sostenida de los síntomas tanto de depresión como de ansiedad, sin embargo solo se podría dar una recomendación para su uso bajo una definición rigurosa de las condiciones y precauciones (Vargas et al., 2020).

3.2. La psilocibina en dosis bajas (o,2 mg/kg) actuó como ansiolítico y antidepresivo en pacientes con cáncer terminal sin efectos secundarios clínicamente significativos (Grob et al., 2011).

4. Microdosis

4.1. Mediante el uso de medidas de autoinforme, se han encontrado que las microdosis afectan positivamente el estado de ánimo, la creatividad y la cognición.

4.2. Se realizó un estudio a gran escala y se descubrió que la microdosis mejoraba el estado de ánimo y el bienestar general (Polito y Stevenson, 2019).

5. Desorden obsesivo compulsivo

5.1. Resultados indican que en un ambiente clínico y controlado, la psilocibina resulta ser un fármaco seguro para tratar sujetos con OCD, y que se demuestra una reducción significativa de los síntomas de la enfermedad en la mayoría de los sujetos.