La doctrina de LA TRINIDAD

Começar. É Gratuito
ou inscrever-se com seu endereço de e-mail
La doctrina de LA TRINIDAD por Mind Map: La doctrina de LA TRINIDAD

1. HISTORIA SOBRE LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD

1.1. El significado la Trinidad

1.1.1. El vocablo ≪Trinidad≫, que mejor llamaríamos ≪Triunidad≫, sirve para expresar la verdad bíblica de que el único Ser Divino existe y subsiste en tres Personas realmente distintas.

1.2. Errores doctrinales

1.2.1. Errores ANTIGUOS

1.2.1.1. Subordinacionismo. La influencia del neoplatonismo en los círculos eruditos de las iglesias orientales durante los siglos III y IV, junto con los ataques lanzados desde el judaísmo y el gnosticismo, hicieron brotar el error de que sólo el Padre es verdadero Dios, siendo las otras dos Personas seres creados, nunca iguales al Padre.

1.2.1.1.1. Arrianismo, que debe su nombre al presbítero de Alejandría Arrio (256-336), quien defendía que el Verbo era criatura del Padre, al que había servido de instrumento para crear todo lo demás.

1.2.1.1.2. Macedonianismo, llamado así del patriarca de Constantinopla Macedonio (muerto hacia 370). Así como el arrianismo hace del Verbo una criatura del Padre, el macedonianismo hace del Espíritu Santo una criatura del Hijo.

1.2.1.2. Monarquianismo enfatiza tanto la igualdad de las Personas, que borra realmente la Trinidad, haciendo de ella un conjunto de fases o modos de una sola Persona Divina.

1.2.1.2.1. Monarquianismo dinámico. Admite en Dios una sola persona y ve en Cristo un mero hombre, cuya conciencia de ser portador del Lógos de Dios fue creciendo bajo el influjo poderoso del Espíritu de Dios hasta merecer honores divinos o apoteosis, pero sin ser jamás Dios en su esencia

1.2.1.2.2. Monarquianismo modalístico, también conocido con el nombre de Sabelianismo, de Sabelio, también del siglo III, quien reconocía en Dios una sola persona con tres «modos» distintos de manifestarse: como Creador (Padre), como Redentor (Hijo) y como Santificador (Espíritu Santo).

1.2.1.3. Triteísmo. Este error consistió en sostener que las tres personas divinas son tres individuos de la misma naturaleza divina, esto es, tres dioses iguales en todos los atributos o perfecciones del Ser Divino.

1.2.2. Errores MODERNOS

1.2.2.1. La Teología Liberal no es sino una forma más de unitarismo (o unitarianismo).

1.2.2.2. También niegan la Trinidad los «Testigos».

1.2.2.3. El Modalismo ha surgido también recientemente en una secta carismática que se denomina «Sólo Jesús» y bautiza únicamente en el nombre del Hijo.

1.2.2.4. El Modernismo Teológico va más allá de todos estos errores, pues llega a poner en duda, y hasta negar, la personalidad de Dios

2. EXAMEN DE LAS PORCIONES BÍBLICAS TRINITARIAS

2.1. Opiniones teológicas

2.1.1. A) Este misterio está explícito en muchos pasajes del Antiguo Testamento. A mi juicio, esta afirmación no puede sostenerse, pues equivaldría a tachar de mala fe a todos los rabinos judíos inconversos.

2.1.2. B) En el Antiguo Testamento no hay ningún indicio de la Trinidad. Creo que también esta opinión es falsa, (a) primero, porque esto supondría un salto poco pedagógico en el progreso de la revelación especial de Dios; (b) segundo, porque, si así fuese, los judíos habrían tenido toda la razón al rechazar la divinidad de Cristo.

2.1.3. C) Con base en el Nuevo Testamento, el misterio trinitario puede vislumbrarse en muchos lugares del A.T. Como muy bien escribió Agustín de Hipona, «el N.T. está latente en el Antiguo; el A.T. está patente en el Nuevo». Esta es, sin duda, la opinión correcta.

2.2. ¿Qué tratamos de demostrar?

2.2.1. 1.1. La Escritura nos habla de tres Personas realmente distintas en Dios.

2.2.1.1. A) Supuesto que nadie niega la personalidad ni la deidad del Padre (entre quienes tengan la Biblia por norma de su fe), los lugares del A.T. en los que aparece de algún modo la Trinidad de Personas de Dios son: Génesis 1:2-3, donde el Espíritu ejecuta la Palabra de Dios (el Padre); Génesis 1:26, donde el «hagamos» no es un plural intensivo o mayestático como en el v. 1, puesto que el verbo está en plural; Génesis 3:22: «... el hombre ha venido a ser como uno de nosotros»;

2.2.1.2. B) Los textos trinitarios del N.T. son los siguientes: Mateo 3:16-17 (comp. Mr. 1:11; Lc. 3:22); Mateo 28:19 –porción especialmente importante, por cuanto la repetición de la conjunción «y», como del artículo determinado, muestran la real distinción de las Personas, mientras que el singular «nombre» indica la unidad de esencia–; Hechos 2:32-36 «A este Jesús resucitó Dios... exaltado a la diestra de Dios, y recibida del Padre la promesa del Espíritu Santo,

2.2.2. 1.2. Cada una de estas tres Personas es Dios «entero».

2.2.2.1. «Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre». En efecto, si en Dios no hay un Hijo eterno, tampoco puede haber un Padre eterno, ya que los términos Padre-Hijo son correlativos

2.2.2.2. Observaciones acerca del «Filioque»

2.2.2.2.1. La teología tradicional ha sostenido que el Hijo, el Lógos, procede del Padre por la vía mental, la del intelecto, mientras que el Espíritu, el Pnéuma; procede del Padre y del Hijo (lat. a Patre Filioque) o del Padre por el Hijo (a Patre per Filium), por la vía cordial, la de la voluntad. Pero esto no es, quizás, más que una especulación filosófica, ya que la Biblia no llama al Verbo «el Hijo de la mente» del Padre, sino «el hijo de su amor

2.2.2.2.2. A) La aceptación del Filioque («y del Hijo») por la Iglesia (tanto romana como reformada) tiene dos ventajas: (a) Sirve para expresar una toma de conciencia de la Iglesia sobre la estrecha unión de las tres Personas de la Deidad; (b) Sirve para entender mejor, desde la experiencia espiritual del creyente, el misterio de la inmanencia intratrinitaria. Dice Pikaza: «Un Espíritu y un Hijo que se encuentren desligados entre sí y que solamente vengan a implicarse en la raíz común del Padre, terminan resultando incomprensibles».

2.2.2.2.3. B) Por otro lado, la actual formulación del Filioque tiene graves inconvenientes: (a’) Sitúa al Padre y al Hijo en un plano de total igualdad en su espiración del Espíritu, rompiendo la exclusiva primariedad fontal del Padre; (b’) desemboca en una originación apersonal del Espíritu, pues parece surgir de una misma realidad común, esencial, no estrictamente personal, de Dios: (c’) «supondría el sometimiento del Espíritu a Jesús y, en consecuencia, el sometimiento del Espíritu al poder de una determinada jerarquía eclesial (al papa como vicario de Cristo)

2.2.3. 1.3. Las tres Personas –Padre, Hijo, Espíritu Santo– son un solo y único Dios.

2.2.4. 1.4. El Hijo procede del Padre.

2.2.5. 1.5. El Espíritu Santo procede del Padre y, de algún modo, también del Hijo.

3. ANÁLISIS DEL MISTERIO TRINITARIO

3.1. Introducción

3.1.1. Factores ¿Cómo se obtiene este conocimiento íntimo, experimental, de Dios?

3.1.1.1. a. por su Palabra

3.1.1.2. b. Por su Espíritu

3.1.1.3. c. Por su providencia

3.1.2. ¿En qué consiste el misterio Trinitario

3.1.2.1. El misterio trinitario consiste en que tres Personas realmente, infinitamente, distintas tienen en común una sola esencia, sustancia y naturaleza individual.

3.1.2.2. La Analogía del Misterio

3.1.2.2.1. 1) Por univocidad

3.1.2.2.2. 2) Por equivocidad

3.1.2.2.3. 3) Por analogía

3.1.3. ¿Cómo adquirimos el concepto de persona divina a través de la analogía?

3.1.3.1. Génesis datos suficientes para poder vislumbrar el concepto de Persona Divina mediante el análisis de la personalidad humana

3.1.3.1.1. A) En el plano psíquico-existencial (el plano real = lo que somos) la personalidad humana posee tres características: Dominio responsable de sí mismo, conciencia refleja de sí mismo y alteridad irrepetible, ya que Dios no hace dos seres humanos iguales.

3.1.3.1.2. B) En el plano ético-esencial (el plano ideal = lo que debemos ser), la personalidad humana posee otras tres características: Dependencia, inteligencia y comunión tridimensional

3.1.4. Diferencia entre personalidad y persona

3.1.4.1. La personalidad es la diferencia real que constituye a una persona y la distingue de otra

3.1.4.2. la persona es todo el ser individual partiendo del ápice de cada persona.

3.1.5. Evolución histórica del concepto de persona

3.1.5.1. A) La impropiedad de nuestro lenguaje para expresar lo divino.

3.1.5.2. B) La dificultad de obtener una exégesis equilibrada ante la confrontación de dos escuelas que sostenían un método diametralmente opuesto en la interpretación de la Escritura Sagrada, agravada la dificultad por la diferente mentalidad teológica de Oriente y Occidente.

3.1.5.3. C) La influencia que las distintas escuelas filósoficas han tenido en los sistemas teológicos de cada época.

3.1.6. Algunas otras consideraciones devocionales

3.1.6.1. A) Puesto que tenemos en «comunión» con Dios (ver 2 P. 1:4) la naturaleza divina (no en «participación» –véase la diferencia de vocablos en el original griego de 1 Co. 10:16-17), la mutua inmanencia divina ha de reflejarse en la Iglesia corporativamente y en cada uno de los creyentes.

3.1.6.2. B) La inmanencia mutua (entre el Padre y el Hijo, entre los creyentes entre sí y con las personas divinas), manifiesta en el texto de Juan 17:21, aparece simplificada, pero al mismo tiempo, reforzada por el uso del verbo griego ménei = permanece

3.1.6.3. C) Para apreciar debidamente lo que significa el gran privilegio de compartir, de forma real, (aunque con diferencia infinita de calidad y grado) la naturaleza divina con las tres personas de la Deidad, debemos tener en cuenta que eso se obtuvo al precio inmenso de la sangre del Cordero inocente de Dios.

3.1.6.4. D) Otra consideración de inmensa importancia en el terreno devocional es que el precio de nuestra redención, al que hemos aludido en la consideración anterior, se obtuvo mediante el sacrificio cruento de una Persona Divina.