En los inicios del grupo terapéutico.

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En los inicios del grupo terapéutico. por Mind Map: En los inicios del grupo terapéutico.

1. El proceso grupal se desarrolla de sesión en sesión y sus avatares dependen de la composición del grupo, del contexto en el que está inmerso; del prestigio de la terapia grupal en el ambiente del cual provienen los pacientes; del estilo y experiencia del terapeuta.

1.1. Pretender conocer de antemano lo que debe presentarse después de tres o seis meses en un grupo determinado, puede llevar al terapeuta a desilusiones o a intervenir en forma autoritaria para inducir la aparición de los fenómenos requeridos.

1.2. Kadis & Bach: tres fases en el proceso grupal...

1.2.1. Resistencia

1.2.2. Fomento de la discusión de los problemas profundos

1.2.3. Libertad y amistad.

2. Preparación previa al ingreso al grupo.

2.1. El proceso de selección y agrupabilidad culmina con la referencia del paciente al grupo que se considera adecuado para él.

2.2. Durante el proceso de selección y agrupabilidad habitual, es necesario explorar la existencia de personas conocidas del paciente en el grupo que se considera adecuado para incluirlo.

2.2.1. La amistad u otro tipo de intimidad entre los futuros miembros del grupo incrementa la resistencia.

2.3. El respeto hacia los pacientes, obliga al terapeuta comunicarle al grupo a quién se pretende incluir y por qué.

2.3.1. No hacerlo expone a situaciones anti-terapéuticas.

2.3.2. Explicar por qué se considera útil el ingreso de un nuevo miembro permite además, que el grupo corrija la posibilidad de distorsiones contratransferenciales del terapeuta.

2.3.3. En otras ocasiones, son los mismos miembros del grupo los que me anuncian su deseo de no incluir a alguien conocido.

2.3.3.1. Ir en contra del grupo, además de constituir una actitud autoritaria que se paga caro, expone al nuevo miembro al rechazo de todo el grupo, que lógicamente se unirá con el compañero contra la falta de sensibilidad y arbitrariedad del terapeuta.

3. Ansiedad y conductas iniciales.

3.1. En el grupo terapéutico, los individuos se confrontan con una serie de extraños que rivalizan; proceden de distintos orígenes, situaciones socioeconómicas y educativas, y que poseen valores distintos a los suyos.

3.1.1. Hay que tolerar la herida narcisista de ser uno más, no la estrella.

3.1.1.1. Cuanto más narcisista sea el paciente, mayor es su temor, producto de confundir la meta terap+eutica

3.2. La situación grupal reactualiza las etapas de estructuración del yo, del sentimiento de identidad, lo que explica la intensidad de los afectos, de la angustia, defensas narcisistas, proyecciones y ataques.

3.2.1. El grupo defensivo busca semenjanzas y niega la competencia, envidia, enojo y egresión.

3.2.1.1. Las relaciones con los pares son más bien de naturaleza parasitaria o anaclítica que de tipo igualitario; las mueve la dependencia, la inseguridad, la necesidad de protección, de vincularse con objetos transferenciales parentales o fraternos.

3.2.1.2. Se recurre colectivamente a ciertos estilos defensivos:

3.2.1.2.1. el obsesivo

3.2.1.2.2. El estilo hipomaniaco

3.2.1.2.3. El estilo depresivo

3.3. La dinámica grupal también permite a cada uno utilizar a los otros en el sentido de sus deseos o defensas.

3.3.1. Pero también existe la búsqueda de una relación tranquila y satisfactoria de necesidades con la madre, que hace del grupo un objeto positivo y beningno.

3.3.2. En las primeras sesiones se instaura un clima grupal característico, debido al contacto visual, la obtención de gratificaciones directas y el contagio emocional.

3.3.2.1. Un miembro puede transformarse en la figura parental del otro

3.3.2.2. Se crean vínculos alimentados por:

3.3.2.2.1. Fantasías primitivas desencadenadas por el aspecto real y concreto de las relaciones.

3.3.2.2.2. Simbolización de estas relaciones, a partir de un "como sí"

3.3.2.2.3. Procesos generados por la comunicación.

3.4. Caos y masificación son las dos ansiedades más amenazantes para la vida del grupo

3.4.1. La vivencia de masificación encubre una gran violencia.

3.5. Bejarano: la toma de palabra en un grupo que se inicia, es un acto de afirmación pero también, rivalidad e identificación con el agresor.

3.6. Los miembros de los grupos que han superado las vicisitudes de la apertura desarrollan un cierto orgullo y superioridad sobre quienes no pertenecen al grupo, al cual defienden

3.6.1. El sentimiento de pertenencia es un soporte poderoso de autorespeto y la autoestima.

3.7. Cuanto más se haya idealizado al terapeuta en la posición de dependencia, mayor será la hostilidad y el resentimiento que provoque cuando la frustración termina con la idealización.

4. Ingreso de nuevos miembros.

4.1. La posibilidad de inclusión del nuevo miembro se anuncia con tiempo suficiente para que el grupo la elabore.

4.1.1. Los pacientes pueden manifestar fastidio por tener que poner al corriente sobre su conflictiva al nuevo.

4.1.2. La conducta de los miembros de un grupo en marcha oscila entre intentos de integrar y excluir a los nuevos, porque perturban las estructuras de los subgrupos establecidos y presionan hacia el reagrupamiento de roles.

4.1.3. Una actitud intermedia hacia el recién llegado es el cuestionamiento personal, con frecuencia de tiente malicioso.

4.2. Si el recién llegado acepta las confrontaciones, el grupo lo ayuda a analizar las motivaciones inconscientes de su conducta, flexibilizar su rol, adoptar una actitud más realista y percibir que , a pesar de provenir de diferentes ambientes, comparte intereses y sentimientos con demás miembros.

4.3. Algunos terapeutas prefieren introducir dos miembros nuevos al mismo tiempo para facilitar su alianza, disminuir su aislamiento en el grupo y ahorrar a éste energías al incluir a dos miembros en vez de uno.

5. Manejo técnico de las primeras sesiones.

5.1. El éxito o fracaso de la terapia puede depende de la habilidad del terapeuta para estimular la participación consistente de los miembros del grupo.

5.2. Para favorecer el surgimiento del material inconsciente significativo en los miembros del grupo es necesario que la tensión grupal se mantenga en un nivel óptimo.

5.2.1. La tensión extrema paraliza al grupo, la regresión que induce impide que los pacientes utilicen las partes sanas del yo para diferenciar sus temores irracionales del acontecer terapéutico.

5.2.1.1. Una vez superados el temor y desconfianza iniciales, el grupo se enfrenta a la tarea de lidiar con sus actitudes dependientes regresivas y ambivalentes hacia el terapeuta que se niega a guiar.

5.3. Dejar al grupo la responsabilidad e iniciativa sobre los temas tratar permite el abordaje temprano de las ansiedades y resistencias a la exploración terapéutica.

5.3.1. Si nadie se atreve a romper el silencio, tampoco es adecuado dejar pasar el resto de la sesión sin intervenir, contemplando las manifestaciones de angustia de los pacientes.

5.3.2. Cuando el material que aportan uno o varios pacientes es insuficiente o confuso y el resto del grupo no toma la iniciativa para aclararlo, el terapeuta interviene para solicitarlas elucidaciones pertinentes.

5.3.2.1. Cuando de los relatos de los miembros del grupo surge un denominador común, por parte de diversos personajes significativos de historia vital, aunque se trate de la primera sesión del grupo, puede ser pertinente interpretar.

5.4. De inicio al final de la terapia el terapeuta reserva sus intervenciones para el momento en el que la interacción se detiene.

5.4.1. La reserva permite que los pacientes tengan la oportunidad de examinar los sentimientos y significados que les despiertan las comunicaciones de sus compañeros, como eco de sus propios conflictos y como inicio de la comprensión de las motivaciones ajenas.

5.4.2. Utilizar el lenguaje del grupo permite que éste comprenda con mayor facilidad lo que desea transmitir el terapeuta.

5.4.3. El terapeuta debe facilitar al grupo el desarrollo y exploración de todos los aspectos de la relación de cada miembro con los demás integrantes, consigo mismo y con el grupo.

5.4.4. El estilo del terapeuta para realizar sus intervenciones es tan importante como su contenido.

5.5. La meta principal de la primera sesión, es que los pacientes comprueben que no se realizaron los temores anticipados. Sus manifestaciones no fueron objeto de crítica, no se ridiculizaron, se escucharon, atendieron, e incluso pueden haber servido para ayudar a algún compañero a hablar.