1. Gestión del Riesgo Financiero
1.1. Para Fischer (1994, p. 9) la Administración del Riesgo Financiero es “la disciplina que combina los recursos financieros, humanos, materiales y técnicos de la empresa, para identificar y evaluar los riesgos potenciales y decidir cómo manejarlos con la combinación óptima de costo-efectividad.”
1.2. Objetivos y Funciones de la Administración del Riesgo Financiero
1.2.1. Una de las principales funciones de la administración del riesgo financiero es identificar los diferentes tipos de riesgo que pueden afectar la operación y/o resultados esperados de una institución o inversión.
1.3. Proceso de la Administración del Riesgo. Según Bodie & Merton (1999) el proceso de administración del riesgo financiero está compuesto por las siguientes etapas:
1.3.1. Identificación del Riesgo, Evaluación del Riesgo, Selección de Métodos de la Administración del Riesgo, Evitación del riesgo, Prevención y control de pérdidas, Retención del riesgo, Transferencia del riesgo, Implementación, Repaso: monitoreo y evaluación de la medida seleccionada.
2. Gestión del Riesgo Financiero en el Sector Público
2.1. La administración del riesgo en la Administración Pública implica que las entidades que lo conforman adopten dentro de los modelos de gerencia y en sus procesos, los controles necesarios que les permitan la eficiencia y efectividad en los servicios que ofrece, máxime que los recursos con los que funciona son públicos y deben de ejercerse con transparencia y en beneficio de la sociedad.
2.2. Ahora bien, hay que considerar que los golpes para un gobierno pueden venir desde el interior, por ejemplo, una mala administración o corrupción, y desde el exterior, un fenómeno económico mundial que afecte la solvencia financiera del país.
2.2.1. La deuda pública es la suma de las obligaciones insolutas a cargo del Sector Público, derivadas de la celebración de empréstitos sobre el crédito de la Nación, en otras palabras, son los pasivos financieros contractuales derivados de financiamientos internos y externos sobre el crédito de la Nación. (P. 3)
3. La Gestión del Riesgo Financiero en el Sector Público: la Deuda Pública
3.1. La deuda pública es la suma de las obligaciones insolutas a cargo del Sector Público, derivadas de la celebración de empréstitos sobre el crédito de la Nación, en otras palabras, son los pasivos financieros contractuales derivados de financiamientos internos y externos sobre el crédito de la Nación. (P. 3)
3.2. La deuda es una herramienta financiera del gobierno para repartir sus costos en el tiempo. Si bien la deuda puede ser utilizada para ejercer la política fiscal, así como financiar inversiones necesarias para mejorar la provisión de bienes públicos, y con ello fomentar el desarrollo económico, si se emite sin mesura puede dañar el crecimiento económico.
3.3. La Regla de Oro de la Deuda Pública en los Gobiernos Subnacionales
3.3.1. La deuda subnacional debería seguir el precepto básico de prudencia fiscal conocido como “regla de oro”. Bajo dicho precepto, una entidad debe utilizar la deuda sólo para financiar gasto de inversión socialmente rentable. En algunos casos, dicha inversión trae su propia fuente de pago en forma de generación directa de recursos (como sería la infraestructura que genera recursos a través del cobro de tarifas).
3.4. El Riesgo Financiero en el Gobierno Subnacional Mexicano
3.4.1. Las entidades federativas son el elemento sustancial para el funcionamiento del gobierno central, acentuado en la figura de república, democrática, representativa y federal. Entre sus actividades recae el tema de la tributación, componente principal de los ingresos de la federación; los estados recaudan impuestos lucrativos, como el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que luego son repartidos en forma de participaciones por el gobierno federal: el gasto federalizado funge con un enfoque redistributivo.
3.4.2. Si bien la deuda provee un alivio a las condiciones de gasto, esta debe ser bien dirigida para permitir un ciclo virtuoso del crédito. No obstante, la deuda fue utilizada para el rubro gasto corriente que, como veremos más adelante, es un pasivo que no genera rendimientos como el gasto en capital (“regla de oro”): el 88 por ciento del gasto federal total es destinado a gasto corriente por un 12 por ciento en gasto de capital, de acuerdo con datos del Presupuesto de Egresos de la Federación 2017.