Martes con mi viejo profesor.

Comienza Ya. Es Gratis
ó regístrate con tu dirección de correo electrónico
Martes con mi viejo profesor. por Mind Map: Martes con mi viejo profesor.

1. Mitch obtuvo un trabajo como columnista deportivo en un periódico. Más tarde conoció a su actual mujer Janine, con quien se casó tras siete años de noviazgo.

2. Además de Mitch, mucha más gente solía ir a ver a Morrie, sobretodo tras su aparición en el programa de televisión, incluso le llegaban cartas de todo el mundo, personas que se había conmovido tras verle en la pantalla o que sufría su misma enfermedad y necesitaba sus ánimos o alguna frase que le alentara.

2.1. Los días se acababan en la vida de Morrie, había cancelado sus visitas… todas menos una, la de su querido alumno. En el último martes no se realizó ninguna entrevista, sólo se dijeron adiós porque ambos sabían lo que iba a pasar dentro de poco… Esto ocurrió en un sábado. Toda su familia estaba en casa, sus hijos habían venido desde lejos para pasar los últimos días con su padre.

3. El entierro se hizo un martes, un día especial para el jugador y su entrenador, un día en que habían compartido tantos momentos inolvidables y que seguro que ninguno de los dos lo iba a olvidar.

4. Una de las primeras cosas que le ocurrió fue en el coche. Intentó sacarlo del garaje pero apenas pudo pisar el freno. Así dejó de conducir. Tropezaba constantemente y se tuvo que comprar un bastón. Acudía a un centro deportivo para nadar pero le costaba desvestirse, así que contrató a un asistente a domicilio. El número de pastillas iba aumentando. A su casa iban enfermeros para trabajar sus piernas, para trabajar los músculos, flexionándolas hacia delante y hacia atrás. También acudían masajistas. El bastón fue sustituido por un andador y más tarde por una silla de ruedas. Comenzó a orinar en un recipiente.

5. 10 aprendizajes vitales y 10 recomendaciones de Morrie Sin amor no podríamos vivir El dinero no nos hace felices. Haz las paces con alguien antes de que sea demasiado tarde. Hay que saber aceptar la muerte. La familia es un bien que se ha de valorar y apreciar. Hay que aprender a desligarte de todo No hay porqué tener miedo a la vejez Las relaciones personales no acaban nunca. Hay que aprender a llevar un matrimonio. Debemos perdonar a los demás y a nosotros mismos. -Amaos los unos a los otros o pereceréis. -El dinero no sirve de sucedáneo de la ternura, y el poder no sirve de sucedáneo de la ternura. -En el matrimonio, se debe respetar a la otra persona, transigir, hablar abiertamente de lo que pasa entre ellos y tener un catálogo común de valores en la vida. -No puedes dejar que nadie, ni que ninguna sociedad determine tus propios valores. -Debes hacer las paces contigo mismo y con todos los que te rodean. -Saber que tu familia estará allí velando por ti. Nada en el mundo te dará eso. -Cuando aprendes a morir, aprendes a vivir. -Olvídate de lo que dice la cultura. -El envejecimiento no es solo decadencia, es crecimiento.

6. Las pérdidas de Morrie A medida que iban transcurriendo capítulos comprobábamos como iba empeorando su estado de salud hasta llegar a un punto en que necesitaba la ayuda de su mujer o enfermeras para hacer cualquier cosa: Una de las primeras cosas que le ocurrió fue en el coche. Intentó sacarlo del garaje pero apenas pudo pisar el freno. Así dejó de conducir. Tropezaba constantemente y se tuvo que comprar un bastón. Acudía a un centro deportivo para nadar pero le costaba desvestirse, así que contrató a un asistente a domicilio. El número de pastillas iba aumentando. A su casa iban enfermeros para trabajar sus piernas, para trabajar los músculos, flexionándolas hacia delante y hacia atrás. También acudían masajistas. El bastón fue sustituido por un andador y más tarde por una silla de ruedas. Comenzó a orinar en un recipiente.

6.1. Más tarde tuvo que utilizar un aparato de oxígeno ya que le comenzaban a afectar los pulmones y le costaba respirar. Las manos comenzaban a temblarle. Pasaba malas noches sin dormir por su tos. La mesa se llenaba cada vez más de pastillas: Selestone para el asma, Ativan para ayudarle a dormir, Naproxen para las infecciones, además de un preparado de leche en polvo y de laxantes. Comenzaba a toser más de lo habitual, con una tos seca y purulenta que le sacudía el pecho y que le hacía mover bruscamente la cabeza hacia delante. Sentía el pecho bloqueado con ataques de tos.

7. El libro comienza con la graduación de Mitch en la Universidad donde estaba su profesor y la historia y vida de Morrie y el momento en que recibe la noticia que tiene la enfermedad de la ELA.

7.1. Durante la graduación de Mitch, éste le prometió que seguiría viendo a su profesor. Se habían llevado muy bien durante el curso y no querían perder su amistad. Pero esto no ocurrió y pasaron años y años y Mitch no fue a visitarle.

7.2. Un día algo inesperado pudo contemplar Mitch en su televisor. Vio como entrevistaban a su “entrenador”. Por lo visto sufría de una enfermedad llamada ELA, que lo estaba comenzando a inmovilizar poco a poco y que llegaría a su muerte en el momento en que llegase a sus pulmones.

7.2.1. Tras ver esta entrevista, decidió ir a hacerle una visita. Llevaba dieciséis años sin verle. Se contaron lo que había ocurrido en sus vidas en estos años. Tras ese día, Mitch le prometió seguir viéndolo y verse cada martes.

8. Cada martes venía cargado de bolsas con comida preparada y se quedaban charlando durante horas y horas sobre todo aquello que Mitch tenía apuntado en una lista: “Pregúntame cualquier cosa -decía siempre Morrie. Así que yo escribí esta lista: -la muerte -el miedo -la vejez -la codicia -el matrimonio -la familia -la sociedad -el perdón -una vida con sentido.” Debido a que había sido profesor de psicología en la Universidad, Morrie tenía una visión única a la hora de valorar la vida y el amor y eso hacía que su manera de hablar conmoviera a todo el mundo que estaba a su alrededor.

8.1. A medida que iba pasando cada martes, Mitch iba comprobando poco a poco como su entrenador iba consumiéndose cada vez más y a medida que iba pasando el tiempo iba necesitando más la ayuda de su mujer y enfermera para realizar sus necesidades físicas como moverse, limpiarse, ir al baño, etc. A la vez, Mitch iba cogiéndole más cariño y veía la vida de otra manera.

9. Primer martes: Hablamos del mundo. Segundo martes: Hablamos del sentimiento de lástima por uno mismo. Tercer martes: Hablamos de los arrepentimientos. Cuarto martes: Hablamos de la muerte. Quinto martes: Hablamos de la familia. Sexto martes: Hablamos de las emociones. Séptimo martes: Hablamos del miedo a la vejez. Octavo martes: Hablamos del dinero. Noveno martes: Hablamos de cómo perdura el amor. Décimo martes: Hablamos del matrimonio. Undécimo martes: Hablamos de nuestra cultura. Duodécimo martes: Hablamos del perdón. Decimotercer martes: Hablamos del día perfecto. Decimocuarto martes: Nos decimos adiós.