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3. Pericarditis es una inflamación del pericardio generalmente secundario a una enfermedad infecciosa que puede ser de grado leve a severo, incluso a veces de riesgo vital. El 80–90 % son idiopáticas o víricas, mientras que el resto son formas etiológicas específicas. Pericarditis es una inflamación del pericardio generalmente secundario a una enfermedad infecciosa que puede ser de grado leve a severo, incluso a veces de riesgo vital. El 80–90 % son idiopáticas o víricas, mientras que el resto son formas etiológicas específicas
4. Análisis de fisiopatología
5. Ayudas diagnosticas
6. Su incidencia y prevalencia son difíciles de determinar. Estudios realizados en autopsias muestran una prevalencia de afectación pericárdica en alrededor el 1% de la población general, lo que sugiere que la presentación en ocasiones se hace de manera subclínica. Representa un 5% de los dolores torácicos no isquémicos que acuden a urgencias, estimándose una incidencia de 3,3 casos por 100.000 personas al año de casos que requieren hospitalización. Infecciosa (7%) Neoplasias (7%) Vasculitis y enfermedades del tejido conectivo (3%) Enfermedades de estructuras próximas (infrecuente) Alteraciones metabólicas: uremia, mixedema, gota, diálisis, escorbuto, etc.
6.1. La pericarditis aguda puede deberse a infecciones, enfermedades autoinmunitarias o inflamatorias, uremia, traumatismos, infarto de miocardio, cáncer, radioterapia, o ciertos fármacos. La pericarditis infecciosa se debe con mayor frecuencia a infecciones virales o es idiopática. La pericarditis bacteriana purulenta es poco común, pero puede producirse después de una endocarditis infecciosa, una neumonía, una septicemia, un traumatismo penetrante o una cirugía cardíaca La pericarditis subaguda es una prolongación de la pericarditis aguda y por lo tanto tiene las mismas causas. El derrame pericárdico crónico o la pericarditis constrictiva crónica pueden aparecer después de la pericarditis aguda por casi cualquier etiología. Además, algunos casos se producen sin antecedentes de pericarditis aguda.
13. - inflamación del pericardio, que se traducen, fundamentalmente, en dolor peri cardítica y fiebre. - Producción de derrame pericárdico, con su manifestación más extrema, el taponamiento cardíaco. - Engrosamiento, retracción y calcificación del pericardio. - dolor torácico. Éste suele instaurarse de una forma relativamente rápida. - Ruido rugoso. puede irradiar a espalda, cuello, brazos y hombro izquierdo - Taquicardia. - Tos. - Dolor al tragar 6.
15. La pericarditis viral presenta como fisiopatología más frecuente al virus Coxsackie, influenzae, hecho y adenovirus, pero en general cualquier virus puede producir pericarditis. Su evolución comúnmente es benigna y con recuperación en algunas semanas; casi nunca llega al taponamiento En la pericarditis purulenta, la fisiopatología va a depender de la edad. En el lactante, en el pasado era muy frecuente el H. influenzae, patología que desde que se instaló la vacunación masiva en nuestro país ya casi no vemos. Otros gérmenes a esta edad son Estreptococo pneumoniae y Estafilococo aureus.