ELITES INSTRUIDAS EN LA COSTA RICA COLONIAL, 1564-1718

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ELITES INSTRUIDAS EN LA COSTA RICA COLONIAL, 1564-1718 por Mind Map: ELITES INSTRUIDAS EN LA COSTA RICA  COLONIAL, 1564-1718

1. La Educación Colonial

1.1. no existió lo que hoy por hoy llamamos, en gruesos términos, “educación”. No eran aún los tiempos en que el Estado Moderno echaría a andar los sistemas educativos masivos; los tiempos, por ejemplo, en que el gobierno de Castro Madriz daría los primeros pasos para centralizar el control de la educación elemental en poder del Estado, arrancándola de manos de los municipios y de la Iglesia.1 No eran, muchísimo menos, los tiempos en que los gobernantes liberales echarían a andar el gran plan educativo de 1886

1.1.1. La mayoría de los autores que estudian la educación en esta marginada región geográfica, que era el Reino de Guatemala en el Periodo Colonial, pone el acento en la fundación de colegios, universidades y seminarios tridentinos, no omitiendo señalar la importancia en ello de la obra educativa de los dominicos y, en segundo lugar, de los jesuitas.

1.2. Otro aspecto frecuentemente tratado en los trabajos existentes sobre el tema de la instrucción formal en la colonia es el de la educación de los indígenas. Es un hecho sabido y de frecuente alusión en la historiografía –tanto de antaño como de hogaño– que la hispanización de los aborígenes dominados fue, desde temprano, una preocupación de autoridades tanto civiles como eclesiásticas en el Nuevo Mundo. Se ha señalado, por ejemplo, que la Corona insistió especialmente, al menos desde 1550, para que se establecieran escuelas y doctrinas en todas las parroquias de sus reinos americanos, con el fin de que sirvieran para cristianizar e hispanizar a los indígenas

1.2.1. la educación en el Periodo Colonial estuvo marcada por un fuerte tinte religioso. No podía ser de otra forma. Sociedad de Derecho confesional, era esta una colectividad social donde la fe y la costumbre eran las fuentes de la ley, por tanto del gobierno, y el poder de ambos descansaba sobre su capacidad de ejercer autoridad y persuasión, es decir, de transmitir a la población esta fe y esta costumbre. De esta manera, si el poder emanaba de la tradición religiosa, esta debía ser comunicada a toda la sociedad para que el cuerpo político se sometiera a sus líderes; estos debían, por lo tanto, cristianizar para gobernar

2. El caso de Costa Rica

2.1. Costa Rica careció de instituciones de educación superior hasta 1814, año en que se fundó la Casa de Enseñanza de Santo Tomás, establecida en la ciudad de San José y erigida en universidad en 1843, ya en el período independiente.

2.1.1. nos muestra que en la capital colonial de Costa Rica se reprodujo el modelo de institucionalidad educativa que predominaba en todo el Imperio Español de la época: el control de la educación depositado en manos de la Iglesia y de los municipios. De hecho, durante la primera parte del Período Colonial tenemos noticia de unos pocos esfuerzos realizados, particularmente por el cabildo de Cartago, de establecer una escuela de primeras letras en la ciudad a principios del siglo XVIII.

2.1.1.1. la primera escuela fundada en Costa Rica data de algún año anterior a 1594, que fue regentada por un sacerdote y que funcionó hasta 1623.22 También

2.1.1.2. hace mención, sin mucho documentar, que los frailes doctrineros daban instrucción letrada a los indígenas desde el siglo XVI.

2.1.1.3. 1714, el cabildo de Cartago nombró al fraile Francisco de Aguirre “vecino de esta ciudad”, como maestro de una escuela de primeras letras que sería en adelante regentada por la corporación municipal. Esto se debió a que el gobernador español José Antonio Lacayo de Briones (1713-1717)

2.1.1.3.1. 1716, el hermano Aguirre se presentó de nuevo ante la institución municipal solicitando se le cancelase la escritura de obligación que había extendido para buscar otra forma de mantenerse.25 Ello se debía a que el cabildo no le había pagado los 25 pesos que le había prometido por mantener la escuela –que había echado a andar desde el año anterior–, y la mayoría de los niños tampoco le habían pagado

2.2. En 1798 el presbítero Baltasar de la Fuente intentó abrir otro establecimiento, donde enseñaría gramática, teología, filosofía y artes, para competir con ella, sin que se sepa su destino ulterior. Según parece, ambas funcionaron con el objetivo de preparar clérigos, ante el desgaste del seminario tridentino de León.

2.2.1. En 1781 el presbítero Francisco Antonio de Arlegui hubo de establecer una escuela de estas en Cartago, pero la tuvo que abandonar por falta de apoyo económico del cabildo. en 1782, pero reitera que la ciudad no tenía medios económicos para mantenerla.31 En 1790 se menciona que existía una escuela en San José desde hacía por lo menos dos años, y que era regentada por el clérigo manteísta Juan de Dios Sáenz, nativo de Cartago.32 En 1797 hay referencias a que existían escuelas en Villa Nueva –actual San Revista Historia, ISSN: 1012-9790, No. 57-58, enero-diciembre 2008. / pp. 85-107 91 José– y Villa Vieja –actual Heredia

3. Una prosopografía del conocimiento

3.1. nuevos enfoques teórico-metodológicos como la utilización de la prosopografía y de la teoría de las redes sociales nos han dado valiosos aportes sobre las dinámicas socio-políticas de los grupos dotados de poder político en Hispanoamérica.

3.2. la fundación del cabildo en 1564 hasta su disolución, por falta de postores a puestos de regimiento en 1718. Hemos estudiado igualmente la presencia de estos individuos en las demás instituciones del aparato de gobierno de la monarquía española en la provincia.

3.3. existe una mayor tendencia a hallar entre estos cabildantes a personajes que se especializaron enteramente en desempeñar el puesto de mayordomos, como el caso de Tomás Calvo, que fue mayordomo de propios por 20 años casi ininterrumpidos (1650-1669). Este personaje fue, además, depositario general del cabildo, puesto que también tenía que ver con la administración de dineros y bienes.

3.4. Los otros puestos de autoridades políticas existentes en la Costa Rica de la época eran fundamentalmente la Real Hacienda, los corregimientos, las escribanías, las milicias y la Iglesia.

4. Cultura letrada para una red social

4.1. Otra de las características de la elite dirigente de este período, que nos ha sido revelada por el estudio de su capital relacional, es su capacidad de entablar relaciones de larga distancia. Ella fue fundamental, sin duda, para apuntalar el poder y la preeminencia social del grupo en el poder.

4.2. En primer lugar, el monopolio de los contactos con apoderados en el exterior fue sin duda un mecanismo de control del poder por parte de la capa más alta del sector dominante y constituía un recurso con el que el resto de la población no contaba y por lo tanto, le bloqueaba del acceso al poder y la riqueza.

4.3. En el protocolo 805 de 1638 y 1639 se detallan 7 de estas cartas, dirigidas en especial a dos personajes de los que más tarde en otra escritura del mismo protocolo, se dice que eran vecinos de Madrid y “agentes en el Real Consejo de Indias” o “agentes de negocios en Madrid” y además que eran hermanos: Diego y Juan Fernández de Córdoba

4.4. en 1691 a Esteban de la Fuente y a Manuel de Farinas, para que hagan postura de oficio de depositario general y provincial de la Santa Hermandad respectivamente, Curiosamente, nueve de los anteriores documentos fueron extendidos al procurador Francisco de Castro, solo o en combinación con otros individuos.

4.5. podemos concluir que la posesión de una cultura letrada era indispensable para la construcción y el mantenimiento de una red de contactos por medio de la cual la aristocracia capitular de Cartago se proveía de medios de acción, que el resto de la población no tenía.

5. conclusion

5.1. Haciendo uso de la metodología prosopográfica y de un enfoque teórico de redes sociales, el presente artículo se propone investigar el funcionamiento social del conocimiento, así como sus mecanismos de transmisión en la sociedad colonial de Costa Rica. También se lleva a cabo una presentación documental de las principales líneas de evolución institucional de la educación en la época. Se llega así a constatar que el conocimiento estaba en manos de una estrecha red social de individuos conectados, enriquecidos y empoderados, que formaban parte de la elite política colonial, quienes lo vedaban sistemáticamente a otros sectores sociales de la época, y lo empleaban para apuntalar su posición social.