1. Para aprender los cantos antes del año 1000, se necesitaba memorizarse cada una de las melodías y la letra para llevar cierto orden e igualdad, luego, se implementó el uso de un maestro de coro con una buena memoria que movía las muñecas para indicar la dirección de la melodía. Finalmente, el Papa Gregorio “El grande” ordenó la codificación de todo el repertorio de cantos y fue de gran ayuda para la memoria implementar dichos escritos.
2. El ejercicio empleado por el maestro (transmitiendo una melodía, primero al líder del coro, que pasaría la melodía a su otro compañero, y así sucesivamente), fue la mejor idea para poder ejemplificar lo que sucedía en los años oscuros, ya que se pudo apreciar lo difícil que era para un coro alcanzar una melodía sin sus partituras e imaginarse lo complicado que fue para los niños analfabetos y campesinos de la época.
3. Los cantos gregorianos los creó el Papa Gregorio “El grande”, de allí el nombre. Eran considerados el canto propio de la liturgia romana de la iglesia católica y los cantos entonados en las primeras iglesias o santuarios cristianos durante los primeros siglos de nuestra era.
4. Los bosquejos taquigráficos son un sistema de garabatos y símbolos que sería el precursor de la escritura musical. Son el intento primitivo por dar contorno y forma a la melodía que se supone que está encima de la letra.
5. La creó el monje Guido de Arezzo, además, propuso una disposición en líneas y espacios, utilizando una línea de tinta roja que correspondía al fa y otra de tinta amarilla para el do. La primera notación musical se la debemos a los griegos, en el siglo X, Guido de Arezzo tomando el Himno a San Juan, da nombre a las notas musicales al asociar cada nota con la primera sílaba del himno. Las notas musicales ayudaron mucho y resumieron el aprendizaje que se hacía en 10 años a tan solo uno, ya que con esto los coros y los cantantes no necesitaban de la memoria sino de la partitura para alcanzar la misma entonación encima de la melodía.
