Fractura de maleolo externo

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Fractura de maleolo externo por Mind Map: Fractura de maleolo externo

1. La articulación del tobillo funciona como una bisagra compleja y la conforman la tibia distal, el peroné distal y el astrágalo. La superficie articular distal de la tibia, denominada pilón o techo tibial, junto con los maléolos medial y lateral forma la mortaja del tobillo. Además de la anatomía ósea, las estructuras ligamentosas contribuyen a la estabilidad del tobillo.

1.1. el complejo del ligamento colateral peroneo (ligamentos talofibular anterior, talofibular posterior y calcaneofibular) añade estabilidad lateral a la articulación. En general, la reducción anatómica y la estabilidad de la mortaja del tobillo son los determinantes primarios sobre los cuales se toman las decisiones de tratamiento con respecto a las fracturas de tobillo

2. Las fracturas de tobillo generalmente se pueden dividir en fracturas por avulsión, fracturas aisladas del maléolo, fracturas bimaleolares, fracturas trimaleolares y aquellas con disrupción por sindesmosis.

2.1. Las fracturas aisladas por avulsión representan lesiones en las que los ligamentos se han desprendido con una pequeña porción de hueso del maléolo medial o del maléolo lateral. Por tanto, a menudo pueden tratarse de manera no quirúrgica y de una manera similar a como se tratan los esguinces ligamentosos.

2.2. Las fracturas aisladas del maléolo pueden tratarse de forma no quirúrgica o quirúrgica, dependiendo de la estabilidad de la mortaja y la cantidad de desplazamiento de la fractura. La mayoría de las fracturas aisladas del maléolo lateral en el techo tibial o distales a este son lesiones estables en las que la mortaja se reduce debido a la sindesmosis intacta y, por tanto, pueden tratarse de forma no quirúrgica.

2.3. Sin embargo, en las fracturas del maléolo lateral que se producen proximales al techo tibial hay una mayor tasa de inestabilidad de la mortaja o disrupción de la sindesmosis. Estos patrones de fractura necesitan de un análisis con una radiografía de estrés para determinar la estabilidad de la articulación.

3. Si un examen de estrés demuestra una inclinación o desplazamiento lateral significativo del talón o un ensanchamiento significativo de la sindesmosis, entonces la fractura es inestable y, por tanto, se trataría quirúrgicamente para restaurar la anatomía y la estabilidad de la mortaja

4. La fisioterapia debe centrarse inicialmente en el manejo de la hinchazón y el edema y en el retorno del rango de movimiento (ROM) del tobillo a los niveles previos a la lesión. Poco a poco, después de un período de unas 4-6 semanas, el paciente puede ir dejando la inmovilización de manera progresiva hasta realizar puesta en carga según tolerancia (PCT) ( Davidovitch y Egol 2010 ).

4.1. En este punto, la terapia debe centrarse en el fortalecimiento de la musculatura del pie y del tobillo, en particular los eversores laterales, y pasar a un entrenamiento propioceptivo análogo al régimen terapéutico utilizado para los esguinces de tobillo graves ( Chinn y Hertel 2010 , Davidovitch y Egol 2010 ).

4.2. La categoría final incluye fracturas inestables del tobillo tratadas de manera quirúrgica. Estos pacientes pueden requerir un período de tiempo preoperatorio para que el edema disminuya y preparar el tejido blando circundante para la intervención quirúrgica. En el postoperatorio, estas fracturas se mantienen normalmente inmovilizadas con una férula o yeso durante 10-14 días para permitir la cicatrización de la herida.

4.3. En un paciente con buena calidad ósea y fijación anatómica estable, se aplica una bota acanalada extraíble una vez que la herida ha cicatrizado, de manera que pueda iniciarse ejercicio suave de ROM activo y pasivo de tobillo según la tolerancia al dolor

5. Este tratamiento es necesario para recuperar la fuerza, el rango de movimiento y el equilibrio.

5.1. Los ejercicios de rehabilitación son parecidos a los del esguince de tobillo, y reducen mucho el tiempo de recuperación. Al principio es necesaria la movilización pasiva, posteriormente se pasa a los movimientos activos.

5.2. Algunas de las secuelas que pueden apreciarse es una rigidez leve o grave. Los síntomas son muy parecidos al esguince de tobillo, así que el tratamiento a seguir es muy parecido a este.

5.3. La magnetoterapia es parte fundamental en este tipo de lesiones se basa en exponer el tobillo a campos magnéticos. De esta manera, se reduce el tiempo de formación del callo óseo. También se puede empezar este tratamiento con la escayola.

5.4. Se debería repetir la radiografía del tobillo para asegurarse de que los fragmentos de la fractura no se hayan desplazado durante el proceso de recuperación. El pronóstico es de 40/50 días para volver a caminar sin muletas y 3 meses para volver gradualmente a practicar deporte.