1. Un primer elemento con relación al comercio de la Nueva España es que, desde un principio la Corona española decidió cerrar cualquier posibilidad de intercambio entre sus posesiones americanas y el resto de los países, sólo estaba permitido el comercio entre los territorios de la monarquía española. A partir de esta situación, se puede hablar de dos rutas comerciales principales en la época virreinal, la del Atlántico que conectaba la Nueva España con España y la del Pacífico que conecta Acapulco con Manila.
2. Para organizar, controlar y proteger este intercambio, la Corona española instrumentó por un lado una política de prohibiciones a la producción de ciertos productos en la Nueva España, como fue el caso del vino o los olivos. Otra estrategia seguida por las autoridades españolas fue limitar el comercio de la Nueva España en el Atlántico a un solo puerto, el de Veracruz.
3. Este proceso lo intentó regular la Corona española de manera intensa, con la finalidad de ser ella la principal beneficiaria de los recursos y riquezas que se encontraban en la Nueva España. Fue por dicha razón que la Corona tuvo que recurrir a estrategias variadas que le permitieran mantener a salvo el comercio que iba y venía de la Nueva España
4. El lugar de salida del comercio atlántico fue la ciudad de Sevilla, único puerto en España que tenía derecho a comerciar con las posesiones en América. En esta ciudad andaluza, se encontraba la Casa de la Contratación, entidad que desde 1540 estaba encargada de controlar y monopolizar todo lo referente a la navegación y el comercio entre España y los territorios de ultramar