1. El uso de mis datos: La navegación en internet implica, intrínsecamente, exposición de datos. Ahora bien, existen opciones que reducen, en cierta medida, el uso de mis datos personales. Es preciso administrar qué datos personales puede usar una compañía, sin desconocer los fines con que lo hace.
2. Mis perfiles en redes sociales: Explorando en mis perfiles en las diferentes redes sociales que utilizo, descubrí que los mismos dice, y mucho, sobre mí. Tomé plena consciencia, en parte, de mi huella digital. Me cuestiono por qué por momentos realizo publicaciones que exponen mi profesión, mis gustos, mis orientaciones políticas, entre otras.
3. Sobre mis nuevos hábitos: Comenzaré a leer las políticas de privacidad y uso de datos con mayor detenimiento. Revisaré asiduamente mis configuraciones de privacidad. Compartiré la información que ahora poseo con allegados, así como educaré en la escuela desde una perspectiva de riesgos y posibilidades en el uso de la red.
4. La urgente necesidad de construir ciudadanía digital: Luego de explorar mi actividad en internet, el uso de mis datos y la exposición que se genera, concluyo que apremia trabajar en la construcción de Ciudadanías Digitales. Teniendo en cuenta todo lo que ello implica, es clave enseñar desde tempranas edades las posibilidades y peligros que implica el uso de redes. Sobre este punto, el desarrollo de una mirada crítica, que permita desenmascarar lo ideológico de las compañías, publicidades, informaciones, entre otros; es esencial.
