CAPÍTULO XI PARA DARSE CUENTA DE LA FELICIDAD ES PRECISO ESTUDIAR LA VIRTUD QUE LA PRODUCE.

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CAPÍTULO XI PARA DARSE CUENTA DE LA FELICIDAD ES PRECISO ESTUDIAR LA VIRTUD QUE LA PRODUCE. por Mind Map: CAPÍTULO XI  PARA DARSE CUENTA DE LA FELICIDAD ES PRECISO  ESTUDIAR LA VIRTUD QUE LA PRODUCE.

1. La virtud es el objeto principal del hombre de Estado. Para gobernar bien los hombres, es preciso haber estudiado el alma humana. Límites en que debe encerrarse este estudio. – Cita de las teorías que el autor ha expuesto sobre el alma en sus obras exotéricas: dos partes principales en el alma, una irracional, otra dotada de razón.

2. La virtud es el objeto principal del hombre de Estado. Para gobernar bien los hombres, es preciso haber estudiado el alma humana. Límites en que debe encerrarse este estudio. – Cita de las teorías que el autor ha expuesto sobre el alma en sus obras exotéricas: dos partes principales en el alma, una irracional, otra dotada de razón.

3. Al lado de esta primera facultad aparece igualmente en el alma otra naturaleza, que es igualmente irracional, pero que, sin embargo, puede participar hasta cierto punto de la razón. Reconocemos igualmente en ellos otro principio que por su naturaleza va contra la razón, la combate y se mantiene frente a frente de ella.

4. La única diferencia consiste en que, respecto al cuerpo, podemos ver la parte cuyos movimientos son irregulares, mientras que no la vemos en el alma. Pero no por eso dejamos de creer que existe en el alma algo que es contra la razón, que se opone a ella y que marcha fuera de su debida dirección.

5. En efecto, mientras que la facultad vegetativa no participa nada de la razón, la parte apasionada, y más generalmente la parte instintiva, participa de ella hasta cierto punto en el sentido de que puede escuchar la razón y obedecerla, a la manera que nosotros deferimos a la razón de un padre, a la de nuestros amigos, sin que por eso nos sometamos en este caso del modo que nos sometemos a las demostraciones matemáticas. Lo que prueba también que esta parte irracional puede dejarse conducir por la razón, es que se dan consejos a las gentes, y que en muchas ocasiones se les dirige indistintamente reprendiéndolos o animándolos.

6. La virtud en el hombre nos presenta asimismo distinciones fundadas en esta diferencia; y así entre las virtudes, llamamos a unas virtudes intelectuales y a otras virtudes morales. Hablando de la moralidad y del carácter de un hombre, no decimos que es sabio o ingenioso, mientras que podemos decir que es dulce o que es moderado.