
1. 1. Identificar el problema
1.1. Seleccionar el problema
1.1.1. ¿Qué sabemos del problema?
1.1.1.1. Las manifestaciones del problema: los hechos concretos en que se evidencia, y los comportamientos de la gente.
1.1.1.2. El contexto del problema, lo que rodea al problema, las situaciones de la gente, de la región o del país que están relacionadas con el
1.1.1.3. Las opiniones sobre el problema: la forma en que los diferentes involucrados ven y explican el problema
1.2. Delimitar
1.2.1. ¿Qué necesitamos saber?
1.2.2. Desarrollar un marco de análisis
1.2.3. Formular una lista de preguntas claves
1.2.4. Causas y efectos
1.2.5. Plantear objetivos
2. 2. Elaborar un plan de diagnóstico.
2.1. ¿Qué vamos a hacer?
2.2. ¿Cómo lo vamos a hacer?
2.3. ¿Quiénes lo vamos a hacer?
2.4. ¿Con qué recursos lo vamos a hacer?
2.5. ¿Cuándo y en qué tiempo lo vamos a hacer?
2.6. ¿Dónde?
3. 3. Recoger las informaciones que necesitamos
3.1. Las fuentes primarias son los hechos y personas de la realidad concreta y viva. Informaciones sobre esa realidad la obtenemos a través de la observación directa con nuestros sentidos, la conversación o entrevista con la población, la encuesta, etc.
3.1.1. El valor de las fuentes primarias está en que nos revelan los problemas actuales y vivos de la población. Nos enseñan la visión de la gente sobre las causas, los efectos, los culpables, etc. Los puntos de vista de diferentes personas completan y enriquecen nuestra comprensión del problema.
3.2. Las secundarias son documentos, libros, mapas, etc. que tratan de la zona o del problema
3.2.1. Las informaciones de fuentes secundarias son muy valiosas para el diagnóstico. Nos dan una base de conocimientos sobre la zona, sobre la población, sus condiciones de vida, sus problemas, etc. Nos pueden proporcionar algunas explicaciones útiles, incluso orientarnos sobre soluciones. Sin embargo, las fuentes secundarias también tienen sus límites. Los datos van perdiendo actualidad ante el paso del tiempo. A veces están escritas desde un punto de vista ajeno al pueblo, o tienen un lenguaje muy complicado.