Economía y Sociedad en el Primer Tercio del Siglo XX

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Economía y Sociedad en el Primer Tercio del Siglo XX por Mind Map: Economía y Sociedad en el Primer Tercio del Siglo XX

1. Modernización Demográfica

1.1. Transición Demográfica

1.1.1. El proceso de transición demográfica se inició con el incremento de la industrialización y con un descenso de la mortalidad gracias a la mejora de la alimentación, del alcantarillado y de la conducción de agua potable a las ciudades, lo que redujo las enfermedades infectocontagiosas, y a su vez, también redujo la mortalidad infantil y aumentó la esperanza de vida de 35 a 50 años. A partir de 1910, la natalidad empezó a descender a causa del descenso de la mortalidad, aunque los índices de natalidad seguían altos tras este descenso (30%)

1.1.1.1. A consecuencia de estos cambios, la poblacion española experimento un considerable incremento: de 18,6 millones de personas a 23,5 millones en tan solo tres decadas (1900-1930)

1.2. Movimientos Migratorios

1.2.1. A finales del siglo XIX, hubo un incremento de la emigración exterior a España dirigida por los jovenes de América del Sur y Cuba. Este aumento fue a causa de el aumento de la población, el lento crecimiento del empleo y el desigual reparto territorial de las transformaciones económicas. La mejora de las comunicaciones marítimas favoreció esta oleada que se detuvo en 1914 al iniciar la Primera Guerra Mundial.

1.2.1.1. Entre 1900 y 1931, la población activa agrícola se redujo al 20% pasando de 5 a 4 millones de personas debido a la emigración interna. Los destinos de emigración más populares fueron Madrid, Barcelona, Bilbao y Sevilla.

1.3. Crecimiento de las ciudades

1.3.1. El incremento de la población se concentró en las zonas urbanas, lo cual redujo el peso del mundo rural. Además, las migraciones interiores modificaron la distribución geográfica de la población, que aumento en las zonas costeras. En 1930, muchas ciudades, como Madrid y Barcelona experimentaron un gran aumento de la población lo que genero un cambió en la fisonomía social de las grandes ciudades.

1.3.1.1. A pesar de la corriente migratoria hacia las ciudades y el crecimiento de la población urbana, España seguía siendo un país desigual y escasamente poblado, con baja densidad demográfica y en el que el porcentaje de la población urbana era menor al de otros países.

2. Agricultura

2.1. Principios del Siglo XX

2.1.1. En 1900, España contaba con una población activa de 7'4 millones de personas. Dos tercios del total se dedicaban a la agricultura y a la pesca, y solo una de cada tres trabajaba en la industria o los servicios. Como otras actividades económicas, la agricultura presentaba una doble cara: el dinamismo de la agricultura mediterránea contrastaba con el atraso y el inmovilismo de la agricultura cerealista, que constituía la principal actividad agrícola del interior.

2.1.1.1. Los cereales representaban el 50% del valor de la producción agrícola, aunque eran el sector menos dinámico y con menor productividad. La escasa productividad obligaba a mantener precios altos y frenar o prohibir la importación de trigo y otros cereales del extranjero. Esta política proteccionista obligaba a las familias a pagar precios altos por el pan u otros productos básicos, lo que absorbía buena parte de la renta disponible.

2.2. Problemas Agrarios

2.2.1. El principal problema de la agricultura española en el primer tercio del siglo XX era la gran desigualdad en el reparto y distribución de la propiedad de la tierra.

2.2.1.1. Tanto las zonas de latifundio cerealista, donde los grandes propietarios eran muy conservadores, como las zonas de minifundio, dificultaban la introducción de nuevas técnicas de cultivo que habrían incrementado la productividad agraria y generado beneficios para ser reinvertidos en el sector industrial. En las zonas latifundistas, una gran parte de la población rural, los jornaleros sin tierras, solo disponían de trabajo ocasionalmente y su nivel de vida apenas rebasaba el umbral de subsistencia.

2.2.1.1.1. Por otro lado, en la mitad norte de la Península, la mala calidad de la tierra en las zonas de la Meseta y el predominio del minifundio en Galicia únicamente permitían mantener una economía de subsistencia, incapaz de generar beneficios suficientes para llevar a cabo la modernización del campo o la industrialización de la zona. Esta situación hizo que muchos campesinos emigraran, provocando la paulatina despoblación rural.

2.3. Crisis del Sector Agrario

2.3.1. La mejora de los transportes marítimos y terrestres facilitó la llegada masiva a Europa de productos agrícolas y ganaderos procedentes de Australia, EE UU, Argentina y Rusia, cuyos precios eran muy inferiores a los europeos. Esto provocó una profunda crisis en la agricultura europea a finales del siglo XIX.

2.3.1.1. En España, la gran dependencia respecto a la agricultura cerealista y la ganadería ovina agravó la crisis. Ante el descenso de los precios y de los beneficios, los productores agrícolas presionaron a los sucesivos gobiernos para conseguir la aprobación de medidas proteccionistas, los aranceles, impuestos que gravaban el precio de los productos importados. A la crisis de la agricultura cerealista se unió la crisis de la vid producida por la filoxera, un insecto llegado de América que acabó con un tercio de las cepas españolas.

2.4. Reformas del Sector Agrícola

2.4.1. La crisis agrícola fue superada gracias a la combinación de la política proteccionista, el aumento de la superficie cultivada y la intensificación y especialización de los cultivos. La agricultura se intensificó gracias al uso de los fertilizantes y al aumento de la mecanización y del cultivo de regadío. La especialización supuso el incremento de la producción de carne y de leche, destinada a la creciente población urbana, y el fomento de cultivos para la exportación. Gracias a estas medidas, el valor de la producción agraria aumentó un 55% entre 1900 y 1930. Sin embargo, en 1930 la agricultura había perdido valor relativo en el conjunto de la economía española, debido al aumento del valor de la producción industrial, siendo su productividad una de las mas bajas de Europa.

2.4.1.1. Los gobiernos de la Restauración eran conscientes de que el atraso del campo español suponía un obstáculo para el desarrollo del país y provocaba conflictos sociales. Para mejorar la situación de pobreza del campesinado, que constituía la mayor parte de la población española, y aumentar la productividad, los gobiernos promovieron la extensión del regadío con medidas como el Plan de Obras Públicas de 1902, la creación de las Confederaciones Hidrográficas en 1926, durante la dictadura de Primo de Rivera, y el Plan de Obras Hidráulicas de 1933.

3. Expansión de la Industria

3.1. Cambio energético e innovación tecnológica

3.1.1. Uno de los desencadenantes transformación de la economía en este periodo fue el cambio energético causado por la difusión del uso de la electricidad y del petróleo. Esta revolución tecnológica permitió superar uno de los principales obstáculos para el crecimiento en el siglo XIX: la carencia de fuentes de energía competitivas debido a la escasa calidad del carbón autóctono. El uso comercial de la electricidad y la posibilidad de transportarla gracias a la invención del transformador abrieron la posibilidad de mecanizar casi toda la industria y disminuir así los costes de producción. El descenso de los precios permitió el incremento de la demanda y el crecimiento de la producción.

3.1.1.1. El avance de la electrificación en España se produjo en dos grandes etapas. Entre 1880 y 1914, el uso de la electricidad estuvo restringido a la iluminación, especialmente de las calles de los grandes núcleos de población, fábricas y lugares públicos. Durante la segunda fase, entre 1914 y 1930, su uso se extendió a la industria.

3.1.1.1.1. El avance en la destilación del petróleo y los progresos técnicos en la mecánica de motores dieron paso a la revolución de los transportes de la primera mitad del siglo XX, como consecuencia de la aparición del automóvil. Además, se avanzó en la mejora de la transmisión de la información. Al aumento sostenido del número de pasajeros transportados por ferrocarril, se sumó la expansión del telégrafo en 1870, y la del teléfono y la radio en 1920.

3.2. Crecimiento Industrial

3.2.1. En las tres primeras décadas del siglo XX, el producto industrial per cápita aumentó en un 60 %. Al mismo tiempo, la estructura industrial experimentó una importante transformación con la aparición de nuevas industrias y la consolidación de las ya existentes. Sin embargo, se mantuvo la preponderancia de las industrias de bienes de consumo sobre las de bienes de equipo. Entre los sectores tradicionales, el textil catalán continuó su expansión, pero comenzó a perder peso. Las industrias alimentarias también retrocedieron a pesar de la expansión de la industria conservera del pescado.

3.2.1.1. La industria química se consolidó gracias a la fabricación de fertilizantes, medicamentos, pinturas y explosivos. La industria siderúrgica vizcaína creció considerablemente. Los beneficios procedentes de las exportaciones de mineral de hierro y la fabricación de acero estimularon la diversificación industrial vasca en sectores que requerían grandes inversiones de capital.

3.2.1.1.1. Entre las nuevas industrias destacó el rápido crecimiento de la industria eléctrica. También experimentó un notable crecimiento la industria metalúrgica. El automóvil y los electrodomésticos fueron dos sectores en expansión, aunque en la década de 1930 todavía eran muy pocos los españoles que los poseían. El sector de la construcción creció y se consolidó la industria del cemento.

4. Desarrollo de la Industria

4.1. A pesar de la introducción de nuevas energías y sectores industriales y de la expansión y crecimiento de la industria, a principios de 1930 el sector secundario español presentaba una serie de problemas y limitaciones en relación a otros países europeos.

4.1.1. España seguía siendo un país con una industria escasa y poco competitiva debido a los elevados costes de producción y a la importación de patentes y materias primas, por lo que los gobiernos recurrieron al proteccionismo y al intervencionismo para su defensa. tan solo en Cataluña y em eñ àis Vasco existía una autentica capitalización e inversión industrial.

4.1.1.1. La diversa y limitada distribución industrial era paralela a la desigual distribución del nivel de renta de la población.

5. Política Económica

5.1. Efectos de la Crisis de 1898

5.1.1. A pesar de la pérdida de los mercados coloniales y la deuda por los gastos de la Guerra de Cuba, el desastre del 98 tuvo menos efectos económicos de lo previsto. Afectó sobre todo a la exportación de productos textiles y de cereales, y a la pequeña industria manufacturera que exportaba bienes de consumo a Cuba. También encareció la compra de productos procedentes de las antiguas colonias. Para compensar estos problemas, los gobiernos de la Restauración llevaron a cabo una política de control del gasto público y modernización de la estructura bancaria.

5.1.1.1. La repatriación de capitales procedentes de Cuba facilitó la creación de bancos y empresas modernas. Desde que en 1899 pasó a controlar la emisión de billetes, el Banco de España pudo limitar la inflación y conseguir la estabilización de la peseta, lo que resultaba esencial para facilitar el comercio exterior.

5.2. Política Proteccionista

5.2.1. En la limitación de la libre competencia desempeñó un papel importante la alianza entre cerealistas castellanos y los industriales vascos y catalanes, que presionaron a los sucesivos gobiernos para que adoptaran medidas proteccionistas. También solicitaron el aumento del intervencionismo estatal para favorecer la inversión y reducir el riesgo económico de las empresas privadas. El proteccionismo, se aplicó en sectores como la minería del carbón, la industria siderúrgica, la construcción naval, la industria aeronáutica o la agricultura cerealista.

5.2.1.1. El intervencionismo del Estado se realizo también mediante la concesión de ayudas de todo tipo a las empresas españolas para estimular la inversión privada en los sectores industriales más avanzados. En 1907, la Ley de Protección a la Industria Nacional estableció la admisión casi exclusiva de productos de fabricación española en los contratos del Estado.

5.3. Fomento de las Infraestructuras

5.3.1. El esfuerzo inversor del Estado se realizo esencialmente en la mejora de los caminos y las carreteras, pero también en la red ferroviaria, que en esta etapa inició su electrificación. Entre 1900 y 1930, la longitud de la red viaria se triplicó y en 1920 se procedió a su asfaltado, con el objetivo de facilitar la circulación de los automóviles.

5.3.1.1. La red telegráfica doblo su extensión y en la telefonía creció notablemente el número de abonados debido a la creación de la empresa pública Compañía Telefónica Nacional de España en 1924.

5.3.1.1.1. Las inversiones del Estado para estimular la expansión de la economía provocaron el aumento del gasto publico. Sin embargo, estas inversiones, destinadas a la mejora de las infraestructuras de transporte contribuyeron a aumentar la productividad del sector privado.

6. Transformaciones Sociales

6.1. Limites de la Modernización

6.1.1. En las primeras décadas del siglo XX se produjo un proceso de modernización social en España, que tuvo efectos más limitados que en otros países europeos y presentaba grandes desigualdades. Estas desigualdades surgieron debido al modelo de la Restauración, que permitía que una reducida oligarquía monopolizara el poder económico y político y que, mediante el caciquismo y el fraude electoral, se impidiera la democratización y modernización del país.

6.1.1.1. Los grandes propietarios agrarios impusieron una política económica proteccionista e intervencionista que elevaba los precios agrarios, absorbía las rentas de las familias españolas y limitaba las posibilidades de desarrollo de otros sectores económicos. Así, en las zonas rurales se mantuvo la existencia jornaleros y campesinos pobres, el peso de los grandes propietarios y de la Iglesia y las formas de vida tradicionales. Con todo, se inició la decadencia del mundo rural.

6.2. Sociedad Urbana

6.2.1. Los cambios fueron más profundos en las sociedades urbanas e industrializadas , donde más personas innovaban el país. La industrialización reforzó el papel de la burguesía y de la clase obrera, y facilitó la aparición de nuevas clases medias urbanas. Además, aumento la influencia de los grupos relacionados con la industria y las finanzas. El desarrollo comercial y administrativo provocó el crecimiento de las clases medias. El aumento del republicanismo a finales de 1920 reflejaba la aspiración de las clases medias urbanas de realizar la modernización de España que la Restauración había impedido.

6.2.1.1. El grupo más numeroso entre la población urbana eran los obreros industriales, los cuales aumentaron considerablemente debido al desarrollo industrial y al éxodo rural. Estos eran especialmente numerosos en Cataluña, País Vasco, Asturias y Madrid, lo que favoreció al aumento de la afiliación a las organizaciones obreras CNT y UGT. Sin embargo, y el aumento del paro y de los precios provocado por las constantes crisis dieron lugar a protestas, motines y enfrentamientos con las fuerzas del orden público.

6.3. Nuevas Formas de Cultura y Ocio

6.3.1. La configuración de una sociedad moderna supuso la imposición de nuevos valores y la extensión de la cultura entre capas sociales más amplias. Esto conllevó una mejora en la cualificación educativa pasando del 55% de analfabetos en a población en 1900, al 30% en 1930. La alfabetización impulsó una mayor demanda de ocio cultural. Surgió así una prensa de masas, que se convirtió en un instrumento clave de relación entre ciudadanos y el poder.

6.3.1.1. Entre las clases populares se difundió un nuevo asociacionismo, que se convirtió en una plataforma de discusión y difusión de nuevas ideas. También surgió la práctica del excursionismo y del deporte. La extensión de nuevos medios de transporte contribuyó a la creación y difusión de estas nuevas formas de vida. El primer ferrocarril metropolitano se construyó en Madrid en 1919.

7. Condición Femenina

7.1. La condición femenina inició un largo proceso de cambio en el siglo XIX. Las mujeres llevaban 200 años poniendo en evidencia el hecho de que muchos derechos considerados universales tan solo eran aplicados a los hombres, mientras que se marginaba a las mujeres de la vida pública y se las privaba de derechos. A principios del siglo XX se iniciaron pasos para obtener la igualdad legal entre ambos sexos