1. aceleración, obsolescencia y debilitamiento de nuestros asideros o referentes identitarios
2. dos polos del mismo problema
3. entender el sentido que tienen los cambios y las transformaciones que impulsan nuestros pensamientos
4. Reconocer que se ha operado una desviación radical en lo valores cognitivos, estéticos, políticos, religiosos, económicos y éticos de nuestra cultura.
5. crisis de la moderna experiencia del tiempo
6. experimentamos un incontenible deseo de pasado. Es decir, nos enfrentamos a una profunda desazón cultural, en la que se expresa la necesidad de tiempos más largos, y el reclamo por más lugares para interactuar, que no se agoten en la evasión, frente al incremento de aquellos espacios que nos han generado, por ejemplo, las redes sociales y los sistemas de información.
7. estar en capacidad de asumir posturas en el mundo y actuar en coherencia con esas posturas
8. comprender las relaciones de contraste que el presente nos traza con el pasado para asumirlas como punto de referencia ético, estético y político