LA CIUDADANÌA GRIEGA Y MODERNA: ENTRE EL IDEAL Y LA REALIDAD

1. El concepto moderno de ciudadanía tiende a alejar a la persona del ciudadano y viceversa. Los ciudadanos no deciden ya las políticas que presiden su vida.

2. la ciudadanía griega

2.1. una constitución política se entendía como la expresión en una preceptiva jurídica de la forma de ser natural del pueblo y no como artificio o el producto de un pacto

2.1.1. No se trataba de conseguir el derecho a la ciudadanía sino, de una vez, de ejercerla.

2.2. El ideal constitucional del ciudadano griego sí unía voluntad y conocimiento

2.2.1. De tal manera que si la ciudad es el ideal político, la ciudadanía es una virtud que se ejerce incluso con deleite.

2.3. La ciudadanía era modo de vida.

2.4. La ciudadanía, esa actividad intermedia entre las de la sociedad en general y las del Estado, era un privilegio de pocos

3. ciudadanía moderna

3.1. El Estado es un artificio, la sociedad una carga y la actividad política, en el mejor de los casos, es el ejercicio de un derecho y, en el más común de los casos, una profesión.

3.2. El ciudadano moderno es muy distinto y el ejercicio de la ciudadanía es más difuso.

3.2.1. Hoy, la ciudadanía es una fuente de legitimidad, pero no una fuente de poder

3.2.2. Su relación con el poder es anónimo, distante. Y todo esto se asienta en el gran mito del Estado moderno: el gobierno es aséptico porque es el gobierno de las leyes, hechas por los representantes, a nombre del pueblo soberano

3.3. En las relaciones entre el Estado y la sociedad tal como se dan hoy, no es posible el ejercicio voluntario, es decir, auto obligante, de la ciudadanía