1.1. El niño de ocho años tiene una verdadera expansión física y psíquica. A la mayoría les gustan cada vez más los juegos y deportes, y también aumentan su curiosidad intelectual. Es más sociable y autónomo y no está tan dependiente de los padres o de la maestra. Tiene mayor conciencia de sí mismo y va modelando su personalidad.
2. El niño de 9 y 10 años
2.1. Es casi autosuficiente, tanto en su intensa actividad física como en los juegos y en la motivación. Serio, cariñoso y afectivo, quiere aprender cosas nuevas, Siente y expresa el cariño hacia sus padres, que viven una época feliz antes de que aparezcan los años más turbulentos de la adolescencia. A esta edad pueden aparecer los primeros signos de la pubertad en las niñas.
3. La transición a la adolescencia
3.1. La transición de la niñez a la adolescencia se produce a los 11 y 12 años en los chicos y un año y medio o dos antes en las chicas. El inicio de la pubertad, con los cambios físicos y hormonales, provoca un cambio de carácter, con más inquietud y actividad. La expansión corporal e intelectual les incrementa el interés por el aprendizaje, la lectura o el deporte.
4. El niño de 6 años
4.1. El niño de seis años es muy activo, se mueve constantemente y tiene peligro de caídas y lesiones. Le encantan los lápices y pasa horas copiando y coloreando. Emocionalmente todavía depende totalmente de los padres, pero ya muestra signos de autonomía y de querer imponer su voluntad.
5. El niño de 7 años
5.1. El niño de siete años sigue siendo muy activo, pero tiene periodos de calma en los que juega y le gusta que le lean cuentos. Parece que ya reflexione y tenga indicios de raciocinio, llora menos y no depende tanto de la madre. Cada vez le gusta más leer y los juegos colectivos.
