Formas de gobierno en las épocas de Roma

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1. Formas de gobierno en la Roma arcaica

2. El Rey era la cabeza del gobierno. Su poder comprendía atribuciones políticas, judiciales, religiosas y militares; las cuales, englobadas en el concepto de imperium, eran vitalicias y dotaban al monarca de irresponsabilidad e inviolabilidad personal. El rey velaba por la convivencia pacífica entre los habitantes de la ciudad, para lo cual tenía facultades de legislador y juez supremo, pudiendo disponer, en el marco de dichas atribuciones, de la vida de sus súbditos. También le era propio cuidar las buenas relaciones entre la comunidad y los dioses, estando dotado para ello del ius aspiciorum, esto es, de la facultad de consultar la voluntad divina a través de la interpretación de ciertas señales denominadas auspicios (auspices). En tiempos de guerra, era el comandante supremo del ejército. El poder del Rey no era hereditario. Fallecido el monarca, el gobierno pasaba a los senadores, quienes se turnaban para ejercerlo por períodos de cinco días, bajo el título de interrex, en espera de que el Pueblo eligiera un nuevo Rey. Dicha elección debía ser ratificada por el Senado. Si los senadores daban su aprobación, procedía la inauguratio, ceremonia en la cual los augures consultaban los auspicios que indicaban si el rey electo gozaba o no del favor divino. La respuesta positiva de los dioses significaba la legitimación incuestionable de la autoridad del nuevo monarca.

3. El senado consistía en un cuerpo colegiado que actuaba como consejo asesor del rey. Estaba formado por los jefes de las distintas gens de la ciudad, a quienes se les llamaba respetuosamente "padres" (patres). El propio nombre de "Senado" aludía a la avanzada edad que solían tener sus integrantes (senex, anciano).1​ El Senado funcionaba sólo a petición del Rey, manifestando su parecer a través de resoluciones formales que recibían el nombre de senadoconsultos (senatus consulta), las cuales, en todo caso, no eran vinculantes para el monarca. Sus miembros eran nombrados por el Rey. Se cuenta que Rómulo designó originalmente a cien senadores, cuyas familias y descendientes fueron conocidos como patricios. Tulo Hostilio, tercer rey de Roma, creó cien nuevos patres provenientes de la derrotada Alba Longa; Tarquinio Prisco, quinto rey, hizo lo propio, sumando al Senado otros cien integrantes procedentes de ciudades etruscas conquistadas. El número de trecientos senadores permaneció relativamente inalterado hasta las reformas de Sila, en tiempos de la República. El Senado y sus dictámenes tenían una especial fuerza moral, fundada en la sabiduría que la sociedad romana le reconocía. En razón de tal legitimación, denominada auctoritas (en el caso concreto auctoritas patrium, autoridad de los padres), se estimaba prudente solicitar la opinión del Senado para proceder a ejecutar una serie de actos, tanto públicos como privados. A la vez, era el argumento que permitía a los senadores desempeñar las funciones de gobierno durante el período de interregnum.

4. Estaba integrada por los ciudadanos libres con edad militar. Dicha Asamblea era convocada por el rey, al pie del Capitolio, donde aprobaban o rechazaban las leyes, por aclamación unánime. En la división se tiene en cuenta la riqueza territorial: Ciudadanos de primera categoría. Más de 5 hectáreas. Son 80 centurias. Ciudadanos de segunda categoría. Entre 5-3,75 hectáreas. Son 20 centurias. Ciudadanos de tercera categoría. Entre 3,75-2,5 hectáreas. Son 20 centurias. Ciudadanos de cuarta categoría. Entre 2,5-1,75 hectáreas. Son 20 centurias. Ciudadanos de quinta categoría. Entre 1,75-0,5 hectáreas. Son 30 centurias. Ciudadanos de sexta categoría. Son la clase que forman los capite censi, es decir, los que no se recogen dentro del censo. Son 5 centurias. Ciudadanos de séptima categoría. Grupo de los caballeros. Son 18 centurias.

5. Dos de los problemas más recurrentes de este periodo son los asesinatos y la tiranía de la monarquía. Por ejemplo, Tulio Hostilio murió a manos de Anco Marcio (nieto de Numa), que le sucedió en el trono. Tras la expulsión de los reyes y la instauración de la República, en el año 509 a.C., el poder en Roma recayó sobre los patricios, jefes de las principales familias, que formaban el Senado y que eran elegidos por los ciudadanos para los distintos cargos públicos. Teniendo en cuenta el funesto recuerdo que había dejado en los romanos el poder absoluto de los reyes, las instituciones republicanas fueron cuidadosamente diseñadas para que ningún hombre tuviera un poder excesivo.

6. Formas de gobierno en la Roma post clásica

7. Las instituciones republicanas durante el Principado Luego de los avatares del último período de la República, el Principado significó formalmente una restauración de la dignidad y atribuciones las instituciones republicanas. Si bien, en la práctica, los irresistibles poderes del príncipe, las redujeron a la inutilidad política.

8. El senado El Senado fue restituido formalmente en su auctoritas. Sin embargo, en la práctica, perdió toda influencia política. El príncipe estaba moralmente obligado a acatar los senadoconsulta, pero los contenidos de éstos nunca contradecían la voluntad del emperador. Ello porque el príncipe nombraba a los senadores (en virtud de la censoria potestas), y presidía el senado (princeps senatus), cargo que lo facultaba para convocar las reuniones y dictar la pauta de los temas a tratar; además, antes de cada resolución de los senadores, les enviaba una espistola voratio, en la cual señalaba de forma respetuosa lo que esperaba que resolvieran. Al poco tiempo los senadoconsulta dejaron de tener carácter político, centrándose en materias administrativas y de derecho privado.

9. Las asambleas Artículo principal: Asambleas romanas Augusto restableció el funcionamiento regular de las asambleas, sometiendo a su votación una importante serie de leyes y plebiscitos; pero sus sucesores gradualmente dejaron de convocarlas. Las últimas de las leyes comiciales data de tiempos del emperador Nerva (año 96). Durante el Principado la función más relevante de las asambleas, en razón de sus atribuciones electorales, fue la ratificación de la designación de príncipe, la que mutó con el tiempo en una simple aclamación en el pleno del Senado.

10. Forma de gobierno en el periodo justinianea de Roma

11. La burocracia civil, conformada por funcionarios que eran verdaderos profesionales de la administración pública.

12. El ejército, muy numeroso, integrado por soldados de las más diversas nacionalidades. En las zonas de frontera la defensa se completó con las estradiotas, que eran soldados campesinos a quienes se les pagaba mediante la entrega de tierras

13. La iglesia bizantina que a diferencia de lo que ocurría en Occidente, se encontraba subordinada al emperador. Esta característica se le conoce como césaro-papismo.

14. Puede decirse que el declive de Constantinopla, la capital del Imperio romano de Oriente, comenzó en 1190 durante los preparativos de la Tercera Cruzada en los reinos de Occidente. Los bizantinos, creyendo que no había posibilidades de vencer a Saladino (sultán de Egipto y Siria y principal enemigo de los cruzados instalados en Tierra Santa), decidieron mantenerse neutrales. Con esta reticencia bizantina como excusa, y con la codicia por los tesoros de Constantinopla como motor, los cruzados tomaron por asalto la ciudad en 1204, ya en la Cuarta Cruzada, dando origen al efímero Imperio latino que duró hasta 1261. Los bizantinos, despojados de su capital imperial, fundaron nuevos Estados: el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y el Despotado de Epiro serían los más influyentes. En tanto, el reino creado por los cruzados fue perdiendo territorios. Finalmente, en 1261, el Imperio de Nicea, bajo Miguel VIII Paleólogo, reconquistó la ciudad.

15. Formas de gobierno en la Roma preclásica y clásica

16. Los consueles: Los cónsules eran autoridades que ejercían funciones de gobierno, funciones militares y la administración de justicia. En este periodo el rey fue sustituido por dos cónsules, que se controlaban mutuamente. Al término de su gobierno tenían que dar cuenta al Senado sobre sus funciones. En caso de peligro nacional, los cónsules nombraban un dictador, con poderes absolutos, cuya función no podía durar más de seis meses.

17. El senado: Durante la Republica, el Senado era la misma institución que en la Monarquía (etapa anterior). Sus funciones eran de consulta y asesoramiento a los cónsules. En ese sentido, dirigía la administración interna y la política externa del gobierno romano.

18. Las Asambleas llamadas también comicios, fueron de tres clases:

19. La Asamblea Curial, era la institución más antigua conformada por al reunión de los patricios, convocada por el rey se reunían al pié del Capitolio. El voto de la mayoría de las curias constituía el voto del pueblo.

20. La Asamblea Centurial, era una asamblea militar, que se reunía por grupos de 100 hombres. Al jefe de cada grupo se le llamaba centurión. Las asambleas eran convocadas y dirigidas por los cónsules, en el Campo Marte. Con el voto mayoritario aprobaban las leyes y elegían a los cónsules.

21. La Asamblea Tribal, era la asamblea de la plebe, agrupados por tribus, presidida por el Tribuno. Sus acuerdos o plebiscitos tenían carácter de ley.

22. Los tribunos de la plebe eran elegidos en las Asambleas Tribales, en número de dos. Representaban a los plebeyos y defendían los derechos del pueblo ante el Senado y los cónsules (Aristócratas).

23. Estos enfrentamientos entre los guardianes de las antiguas tradiciones romanas y los partidarios de las novedades venidas de Grecia volvieron a introducir –a mediados del siglo II a.C.- un clima de gran agitación en el interior de la ciudad, que cristalizó con el famoso conflicto de los Gracos. Los Gracos eran dos hermanos de ideas avanzadas que, como Tribunos de la Plebe y en defensa de sus intereses, reclamaban una reforma agraria: la distribución gratuita de tierras entre los ciudadanos más pobres de Roma, en perjuicio de los todopoderosos terratenientes. Los dos fueron asesinados. El mayor, el mismo día en que acababa su mandato de Tribuno, pues los Tribunos de la Plebe estos eran sagrados e inviolables. Con el hermano menor, sin embargo, ni siquiera esperaron a que expirara su mandato. La muerte violenta de los Gracos dio comienzo al siglo I a.C., el más terrible y convulso de la Historia de Roma. Durante ese siglo, Roma se desangró en interminables Guerras Civiles, cuya causa era precisamente su poder y sus inmensos dominios. En efecto, las instituciones Republicanas, que habían servido para gobernar la ciudad durante 500 años y la habían conducido a la conquista del Mediterráneo, eran insuficientes para administrar sus posesiones. Los romanos habían dispuesto sus leyes para evitar que un solo hombre ostentara el poder absoluto, pero los generales romanos se habían vuelto demasiado poderosos. Apoyados en sus legiones y en los recursos de las provincias que gobernaban, pugnaban entre sí para hacerse con el poder en solitario. Primero Mario y Sila, después Julio César y Pompeyo, sumieron el Mediterráneo en un baño de sangre.

24. El príncipe En rigor jurídico, el príncipe (princeps) no era un rey ni un dictador, sino un simple ciudadano al que se le reconocía una mayor auctoritas, en razón de la cual, el senado y el pueblo romano, le concedían una serie de honores, que invariablemente incluían los títulos republicanos de primer ciudadano (princeps civium), presidente del senado (princeps senatus) y general victorioso (emperador, en latín: imperator), además, de un conjunto de poderes que lo ubicaban en una posición privilegiada en el contexto institucional. Los poderes del príncipe incluían, básicamente, la potestad tribunicia (tribunicia potestas) y el imperio proconsular mayor e infinito (imperium proconsulare infinitum et maius). Toda vez que su fundamento último consistía en una cualidad moral, cuál era la auctoritas, el título de príncipe (así como sus poderes asociados) no era hereditario. Jurídicamente, todo nuevo príncipe debía recibir sus poderes del senado y del pueblo romano, a través de la lex de imperio.

25. La caída del Imperio romano de Occidente (también conocida como la caída del Imperio romano o la caída de Roma) fue el período de declive del Imperio romano de Occidente en que perdió la autoridad de ejercer su dominio y su vasto territorio fue dividido en numerosas entidades políticas sucesoras. Las fuerzas que le habían permitido al Imperio romano ejercer un control efectivo sobre Occidente; historiadores modernos mencionan factores que incluyen la efectividad y el tamaño del ejército, la salud y el tamaño de la población romana, la fuerza de la economía, la capacidad y competencia de los emperadores, las luchas internas por el poder, los cambios religiosos del período y la eficiencia de la administración civil. El aumento de la presión de los "bárbaros", externos a la cultura romana, contribuyó en gran medida al colapso.