
1. Factores geneticos de la depresión
1.1. Herencia familiar
1.1.1. La depresión tiende a ocurrir en familias, lo que sugiere una predisposición genética.
1.2. Estudios de gemelos
1.2.1. Los gemelos idénticos tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión si su gemelo idéntico también la padece, lo que respalda la influencia genética.
1.3. Genes implicados
1.3.1. Se han identificado genes relacionados con la regulación de neurotransmisores, la respuesta al estrés y la plasticidad cerebral.
1.4. Variabilidad genética
1.4.1. La depresión es multifactorial y no está ligada a un solo gen; la variabilidad genética influye en la vulnerabilidad.
1.5. Interacción con factores ambientales
1.5.1. La genética interactúa con factores como el estrés y el trauma para aumentar el riesgo de depresión.
1.6. Epigenética
1.6.1. Los cambios epigenéticos pueden influir en la expresión de genes y su relación con la depresión.
2. Tratamientos biológicos para la depresión
2.1. Antidepresivos
2.1.1. Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS)
2.1.1.1. Estos medicamentos aumentan los niveles de serotonina en el cerebro. Los ejemplos incluyen el Prozac y el Zoloft.
2.1.2. Inhibidores de la Recaptación de Serotonina y Noradrenalina (IRSN)
2.1.2.1. Aumentan tanto la serotonina como la noradrenalina. Los ejemplos incluyen el Cymbalta y el Effexor
2.1.3. Inhibidores de la Monoaminooxidasa (IMAO)
2.1.3.1. stos medicamentos son menos comunes y requieren una dieta especial. Ejemplos incluyen la fenelzina.
2.1.4. Antidepresivos tricíclicos
2.1.4.1. Estos medicamentos tienen varios mecanismos de acción y pueden ser efectivos, pero a menudo tienen más efectos secundarios. Ejemplos incluyen la amitriptilina.
2.2. Terapia Electroconvulsiva (TEC)
2.2.1. La TEC es un procedimiento en el que se administran breves impulsos eléctricos al cerebro bajo anestesia general. Se utiliza cuando otros tratamientos no han tenido éxito o cuando la depresión es grave y potencialmente mortal.
2.3. Terapia de Estimulación Magnética Transcraneal (TMS)
2.3.1. La TMS es un procedimiento no invasivo que utiliza campos magnéticos para estimular áreas específicas del cerebro. Se utiliza en casos de depresión resistente al tratamiento y puede ser una alternativa a la TEC.
2.4. Psicoterapia
2.4.1. Aunque no es un tratamiento biológico en sí mismo, la psicoterapia, como la terapia cognitivo-conductual (TCC), puede ayudar a abordar los aspectos psicológicos de la depresión y trabajar en conjunto con tratamientos biológicos.
2.5. Terapia de luz
2.5.1. La terapia de luz implica la exposición a luz brillante, especialmente en casos de trastorno afectivo estacional (TAE) o depresión estacional. Puede ayudar a regular los ritmos circadianos y mejorar el estado de ánimo.
2.6. Terapia hormonal
2.6.1. En casos donde se identifican desequilibrios hormonales, como en el hipotiroidismo, la terapia hormonal puede ser parte del tratamiento para aliviar la depresión.
3. Neurotransmisores y la depresión
3.1. Desequilibrios neurotransmisores
3.1.1. Los desequilibrios en neurotransmisores, como serotonina, dopamina y noradrenalina, están relacionados con la psicobiología de la depresión. Las alteraciones de estos mensajeros químicos en el cerebro contribuyen a los síntomas depresivos.
3.2. Serotonina
3.2.1. La serotonina, una clave del neurotransmisor, regula el estado de ánimo, el sueño y la ansiedad. Los niveles bajos de serotonina se asocian con la depresión, y los antidepresivos como los ISRS aumentan los niveles de serotonina para aliviar los síntomas.
3.3. Dopamina y noradrenalina
3.3.1. Estos neurotransmisores influyen en la motivación, el placer y la respuesta al estrés. Las alteraciones en estos sistemas pueden contribuir a la depresión. Algunos antidepresivos también afectan la dopamina y la noradrenalina para tratar la depresión.
4. Estructura cerebral y la depresión
4.1. Cambios neuroanatómicos
4.1.1. Los estudios neuroanatómicos han revelado alteraciones en la estructura cerebral en individuos con depresión.
4.2. Hipocampo
4.2.1. El hipocampo es esencial para la formación de memorias y la regulación del estrés. En la depresión, el hipocampo puede reducirse de tamaño, lo que se ha relacionado con problemas de memoria y respuestas anómalas al estrés.
4.3. Corteza prefrontal
4.3.1. La corteza prefrontal está involucrada en la toma de decisiones, el autocontrol y la regulación emocional. En la depresión, se han observado cambios en esta área, lo que se asocia con la disfunción cognitiva y emocional.
4.4. Núcleo estriado
4.4.1. Los cambios en esta área pueden influir en la capacidad de experimentar placer y motivación, lo que se traduce en síntomas depresivos como la anhedonia.
4.5. Neuroplasticidad
4.5.1. Es la capacidad del cerebro para adaptarse y cambiar. La depresión puede afectar la plasticidad cerebral, lo que influye en la severidad de los síntomas y la respuesta al tratamiento.
5. Hormonas y depresión
5.1. Sistema endocrino y el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA)
5.1.1. El eje HPA es una parte fundamental del sistema endocrino y desempeña un papel importante en la regulación del estrés. En situaciones de estrés crónico, este eje puede estar hiperactivado, lo que lleva a un aumento en la producción de la hormona del estrés, el cortisol.
5.2. Cortisol
5.2.1. es la hormona del estrés principal. Niveles elevados de cortisol se asocian con la depresión. La exposición prolongada al estrés y el consiguiente aumento de cortisol pueden afectar negativamente el funcionamiento del cerebro y estar relacionados con síntomas depresivos.
5.3. Hormonas tiroideas
5.3.1. Las hormonas tiroideas tienen un efecto significativo en el metabolismo y, por lo tanto, en la energía y la regulación del estado de ánimo. Los desequilibrios en las hormonas tiroideas, como el hipotiroidismo (niveles bajos de hormonas tiroideas) o el hipertiroidismo (niveles altos de hormonas tiroideas), pueden estar asociados con síntomas depresivos o de ansiedad.
5.4. Sistema inmunitario
5.4.1. La inflamación crónica, a menudo relacionada con la depresión, está vinculada a la disfunción del sistema inmunológico y la producción de citoquinas inflamatorias.
5.5. Hormonas sexuales
5.5.1. Las hormonas sexuales, como los estrógenos y la testosterona, también pueden desempeñar un papel en la depresión. Por ejemplo, las fluctuaciones hormonales en las mujeres durante el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia pueden influir en el riesgo de depresión.
5.6. Tratamientos hormonales
5.6.1. Algunos tratamientos hormonales, como la terapia de reemplazo hormonal, se han investigado como posibles opciones para el tratamiento de la depresión, particularmente en casos relacionados con cambios hormonales.