El deporte como conducta depredadora atávicada Sara Lopez
1. La clase superior hereditaria ha salvaguardado ese es espíritu en mayor grado que la clase media.
2. El niño produce esporádica mente y en miniatura viejas fases evolutivas del adulto.
3. La notoria puerilidad del temperamento deportivo se advierte en seguida si fijamos nuestra atención en el elemento de ilusión o engaño.
4. Cualquier miembro de la buena sociedad aficionado al deporte justifica su actitud ante si mismo y ante sus vecinos, y generalmente aduciendo que el deporte es un medio de educación inestimable.
5. La admisión en esa clase, se debe a la puesta en practica de talentos y capacidades financieros, talentos que están al servicio no tanto de la utilidad como la adquisición de riqueza.
6. El único estrato social que podría discutir a la clase ociosa hereditaria el honor de un espíritu guerrero convertido en uso social, es el de los criminales.