1.1. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque
2. Principio de la exageración y desfiguración
2.1. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave
3. Principio de la vulgarización
3.1. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar.
4. Principio de renovación
4.1. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa.
5. Principio de la silenciación
5.1. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines
6. Principio de la unanimidad
6.1. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa “como todo el mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad
7. Principio de simplificación y del enemigo único
7.1. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo
8. Principio del método de contagio
8.1. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo.
9. Principio de orquestación
9.1. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas.
10. Principio de la verosimilitud
10.1. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias
11. Principio de la transfusión
11.1. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales.
