1. Huidas
1.1. La huida en general se debe a una reacción natural de protegerse, pero en muchos casos puede ser vista como cobardía, como cuando se hace para evitar un riesgo necesario o que traerá consecuencias a otros, como por ejemplo la huida de un soldado de un campo de batalla por temor o la de un padre a las responsabilidades para con su hijo. La huida puede ser de pensamientos, cuando necesitamos olvidar ciertas cuestiones que nos preocupan o agobian, distrayéndonos en cosas más felices: “He organizado un viaje al campo, para que mis pensamientos huyan del desamor de mi esposo y se concentren en la paz y la armonía de la naturaleza”.
2. Evasiones
2.1. Los mecanismos mentales de la evasión, se usan, al igual que los de defensa, para protegerlos. Las pautas de conducta seguidas para el ajuste, en este tipo de mecanismos, siempre se refiere a las posibles formas de comunicación.
3. Primeros Auxilios Para Sanar Heridas
3.1. Describe y toma conciencia.
3.1.1. Un primer consejo es no dejar para mañana la molestia que siento hoy y para ello nada mejor que saber describir estados emocionales. Palabras como “hoy me siento vacío, enfadado, dolido, tengo miedo, me siento solo contrariado o frustrado, etc.”, nos pueden ayudar.
3.2. El segundo paso es la “No Dependencia”.
3.2.1. Debemos asumir, entender y aceptar que ninguna persona merece ser víctima de su herida traumática, de esa decepción o de ese estado de ánimo negativo y persistente.
3.3. El tercer paso es la auto-compasión.
3.3.1. Nadie debe querernos tanto o preocuparse tanto por nuestras heridas como nosotros mismos. Sentir compasión es visibilizar el dolor y entender que debe ser tratado, aliviado.
3.4. Un buen apoyo.
3.4.1. Aunque queramos, no siempre es bueno lidiar con nuestros problemas y raspaduras cotidianas en soledad. Contar con un buen apoyo donde favorecer el desahogo emocional es siempre de gran ayuda.
3.5. El último paso es el cambio.
3.5.1. Sanar heridas exige poner en marcha más de un cambio, más de una variación a nivel personal y en nuestro entorno para dar forma a alguien nuevo. En ocasiones, conocer a nuevas personas, emprender nuevos proyectos o practicar nuevas aficiones nos ofrece adecuados incentivos para empezar a palpitar con más fuerza y más ilusión.